Denzel Washington: «Hay escasez de buen material, en cine, televisión y las plataformas»

maría estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

CULTURA

Denzel Washington interpreta a Joe Deacon, un tipo decente con un oscuro secreto.
Denzel Washington interpreta a Joe Deacon, un tipo decente con un oscuro secreto.

En «Pequeños detalles» el intérprete da vida de nuevo a un policía

28 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Denzel Washington (Nueva York, 66 años) lleva a sus espaldas una larga lista de policías investigando asesinatos y, de nuevo, en Pequeños detalles, se mete en la piel de un hombre de la ley desesperado por descubrir a un cruel asesino en serie. Washington, como Tom Hanks o Jessica Lange, es uno de esos actores cuya conexión con la audiencia es tal que el público lo sigue allí donde aparece, prácticamente a cualquier parte. Su personaje es Joe Deacon, un tipo decente con un oscuro secreto y la voluntad de pasar por alto la arrogancia de su aprendiz, interpretado por Rami Malik. Washington convierte a Joe en un tipo autoritario, inteligente y vagamente obsesivo, explorando como un perro sabueso cada foto de las víctimas hasta dar con Sparma, personaje al que da vida Jared Leto.

-Usted es el veterano de este triunvirato de actores de éxito. ¿Con qué actitud se enfrenta a un rodaje de estas características?

-Todos llegamos al rodaje con las mismas herramientas; el guion. Hay muchos actores jóvenes que son atrevidos, diferentes, capaces de entender la complejidad de sus personajes. Para mí es fascinante verlos trabajar, seguir sus pasos en esta profesión que es absolutamente frustrante y maravillosa al mismo tiempo. Jared y Rami están haciendo un gran trabajo y llamaron mi atención.

-¿Compite con las nuevas generaciones?

-Como actor compites sobre todo contigo mismo. En Pequeños detalles decidí subir de peso, cambiar mi fisonomía y a mi edad no es fácil. Este tipo de preparación necesita mucho esfuerzo pero me gusta exigirme cuando me meto en un papel. Es fascinante ser el viejo ahora. Gran parte de esta película se desarrolla en una sala de interrogatorios de la policía. Estar sentado detrás de ese cristal, viendo a Rami y Jared hacer su trabajo, fue alucinante porque era protagonista de una película donde solo me faltaban palomitas de maíz y Coca-Cola. Actores como Rami y Jared e incluso mi hijo [John David Washington] demuestran que la nueva generación de jóvenes es absolutamente brillante.

-Aparentemente, usted y Jared Leto se mantuvieron alejados uno de otro durante la filmación.

-Sí. Los rodajes pueden convertirse en un espacio trascendental, donde los juegos mentales surgen entre los actores. Los dos tratamos de mantenernos alejados. Él se mantuvo alejado de mí, respetuosamente. Y yo de él. Nos inclinamos o asentimos para saludarnos sin hablar.

-¿Es cierto que llegó a espiar a Leto en la vida real?

-Lo seguía. A veces estaba fuera de su apartamento y él no sabía. No puedo dar más detalles al respecto. Lo diré de esta manera, él no lo sabía.

-Este tipo de película se ha vuelto un raro ejemplar en el cine, trasladándose el material a la televisión y al «streaming», ¿se ha vuelto más difícil encontrar proyectos cinematográficos que protagonizar?

-Hay escasez de buen material; en el cine, la televisión y las plataformas. Esa es la realidad. Resulta complicado encontrar un guion con la calidad necesaria para desarrollarlo. Si tienes buen material, probablemente sea más fácil hacerlo ahora que con el sistema anterior, cuando se rodaban muchas menos películas. El guion refleja el proyecto y si no está en la página, no está en la pantalla. Si me piden que haga Otelo para cualquier servicio de transmisión, lo haré porque es Shakespeare.

«Encuentro mi inspiración en la lectura»

Entre los planes de Washington se encuentra una versión de Macbeth con Joel Coen.

-Yo fui primero actor de teatro; debuté como intérprete con El emperador Jones y Otelo. En mi juventud, el cine no estaba en mis planes porque antes no era como ahora, no había tantas posibilidades.

-¿Cree que es más fácil encontrar personajes para actores afroamericanos?

-Desde luego, ahora es mucho más fácil que cuando empecé. Soy actor desde hace cuarenta años. Obviamente, la situación de la industria no se parece en nada a los primeros años de mi carrera. Antes, a lo máximo que podía aspirar era a hacer teatro sin soñar en convertirme en estrella. Hago muchas bromas al respecto, pero debo reconocer que jamás me conformé. Tengo demasiado ego como para quedarme viendo mi nombre en la parte final de los créditos. Siempre he querido triunfar, y ni mi color de piel ni la cultura racista iban a detenerme. De no haber triunfado en el cine lo hubiera hecho en el teatro.

-¿Dónde encuentra su motivación como artista?

-En la lectura. Todos nosotros tenemos algo en la vida que nos motiva. Mi padre era un ávido lector, un caballero. No le interesaban los deportes, siempre me dijo que persiguiera mi diploma, pero fue mi madre quien me animó a estudiar, a ir a la universidad.