Susana Carral: «Yo traduje el ''estás bébeda, Sue Ellen''»

CULTURA

LVG

La traductora coruñesa bromea con el hecho de que haya trabajado con textos de premios Nobel y que su mayor éxito fuera la célebre frase de «Dallas»

09 dic 2022 . Actualizado a las 19:30 h.

Solo es una línea de diálogo, «estás bébeda, Sue Ellen», pero hizo historia. La firmó Susana Carral (A Coruña, 1963), traductora por vocación que, en aquellos primeros momentos de la televisión autonómica, desconocía el impacto que iba a tener la frase, pronunciada por el malvado J.R. en la serie Dallas y paradigma del doblaje en gallego. Hoy sigue traduciendo tan feliz. Lo último, Lo que el viento se llevó.

—¿Cuántos años lleva en el mundo de la traducción?

—Empecé en el verano de cuarto a quinto de carrera. O sea que llevo casi toda mi vida.

—Y va a pasar a la historia por una única frase.

—Ya, ¡hay que fastidiarse! Traduciendo a premios Nobel, a Scott Fitzgerald y lo que se recuerda es que yo traduje el «estás bébeda Sue Ellen».

—Cuente un poco esa historia.

—Yo estaba estudiando Filología Inglesa en Santiago y a un amigo de mis padres, con el arranque de las televisiones autonómicas, le ofrecieron traducir para el doblaje. Él no se atrevió, pero me lo ofreció a mí y dije que sí. Es que a mí siempre me gustó traducir. Cuando mis padres me castigaban sin salir de casa, ¿sabe lo que hacía? Me ponía a traducir.

—¿Por qué cree que hizo tanta gracia esa frase?

—Pues no lo entiendo. Yo le doy el mérito a Antón Cancelas, el doblador de J.R. porque la frase es literal. Podía haber usado «borracha», pero en aquel momento sonaba mal. Entonces no le di ninguna importancia a esa frase. Ni yo, ni nadie.

—Pues hizo fortuna.

—Me dijeron que había camisetas con la frase. No me lo podía creer.

—¿Sigue trabajando para estudios de doblaje?

—No. Lo dejé en el 2007, porque había malos rollos políticos cuando solo tenían que ser cuestiones lingüísticas.

—Curioso.

—Sí. Me da la sensación de que en Cataluña y en el País Vasco hay situaciones similares.

—¿En qué trabaja ahora?

Acabamos de publicar Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell. La verdad es que me ha sorprendido, porque no la había leído. Es una gran novela, está muy bien escrita pese a ser un best-seller. Le puedo decir que le da mil vueltas a la película, que es lo que hemos visto todos.

—¿Qué es lo más difícil a lo que se ha tenido que enfrentar como traductora?

—No sabría decir. Cada cosa tiene su dificultad. Quizás lo más complicado y a la vez lo que me ha dejado más satisfecha han sido los cuentos de Jack London, que ha sacado la editorial Reino de Cordelia en tres tomos. He estado tres años dedicada solo a eso. Es que Jack London es un autor muy moderno y usa un vocabulario que a veces no existe en castellano. Y es muy conciso.

—La vida del traductor es una vida...

—...De cueva. A mí no me gusta que la gente sepa quién soy. El trabajo del traductor es estar detrás, porque el autor es el que realmente tiene valor. Pero es importante que las editoriales reconozcan el trabajo del traductor y que lo paguen. Este trabajo de Jack London me lo he podido permitir porque no vivo solo de lo que gano yo. Si hay editores que se dan cuenta de que hay que pagar esto un poquito más, que me hagan la ola o no, me da igual.

—¿Y nunca le dio por escribir?

—¿Yo? Ni de coña. El respeto que me merecen los autores hace que no me atreva. Me encantaría en realidad, pero ni tengo tiempo ni valor. Yo creo que hay gente que no es consciente y se lanza, pero yo no soy así. Algún día, a lo mejor.

—¿Celta o Dépor?

—Deportivo. Pero no soy mucho de fútbol. Lo veo por los amigos.

—Dígame cómo es usted en pocas palabras.

—Tenaz, leal... y bueno, soy Géminis.

—Qué le gusta hacer en su tiempo libre.

—Sobre todo leer. Y estar con mi familia y con mis amigos. Viajar también me gusta.

—Si pudiera convertirse en un personaje de ficción ¿quién seria?

—[La pregunta genera muchas dudas en Susana, que elige finalmente un personaje, pero se retracta] No me gustaría ser ninguno, pero he de decir que me fascina Soames Forsyte, de La saga de los Forsyte. La verdad es que el autor, John Galsworthy, consigue lo que pocos, que sintamos hacia ese personaje todas las emociones que se pueden sentir.

—¿Qué tal en la cocina?

—Me gusta. El problema es que tengo que cocinar todos los días, pero sí que me gusta. Y tampoco lo hago tan mal. O al menos eso dicen los que se la comen.

—Cuando era pequeña ¿qué quería ser de mayor?

—Mi padre quería que fuera farmacéutica. Cuando fui algo mayor pensé en ser abogada.

—Dígame algo que le resulte repugnante.

—Depende del momento. La falsedad, por ejemplo. Pero cualquier cosa puede resultar repugnante según la ocasión. Una sonrisa, por ejemplo.

—Una canción.

Brass in Pocket, de The Pretenders.

—¿Qué cree que es lo más importante en la vida?

—Estar bien con uno mismo, porque si no lo estás, difícilmente estarás bien con los demás.