Wilfredo Sotolongo: «Jamás me imaginé que el catalizador más importante de esta transformación digital sería un virus»

CULTURA

Este alto ejecutivo de Lenovo explica que su compañía ya tiene casos reales de uso de la inteligencia artificial, pero advierte: «La IA no son entes independientes vivientes, son programas, hechos por humanos y que hacen lo que los humanos les dicen que hagan».

03 mar 2023 . Actualizado a las 10:54 h.

Hace cuatro años hablamos con Wilfredo Sotolongo (Panamá, 1963) en Orlando durante la reunión anual de Lenovo, compañía en la que actualmente ocupa el cargo de vicepresidente sénior y director de clientes del grupo de soluciones de infraestructura. Ahora lo volvemos a hacer en el marco del Mobile World Congress de Barcelona.

—La gente cree que este es un congreso de empresas que fabrican móviles, o de empresas que fabrican ordenadores, pero esas empresas además proporcionan soluciones y servicios, ¿no?

—Correcto, en realidad es una convención de empresas de tecnologías y servicios, cualquier uso de la tecnología para mejorar el desarrollo de una empresa, un gobierno, escuela… la aplicamos aquí. Hay otros Mobile, pero no son del tamaño de este. Ni siquiera nosotros, que somos una empresa china, tenemos un espacio tan grande en el evento de Shanghái como aquí.

—¿Cómo ha logrado Lenovo convertirse en la mayor compañía del mundo de ordenadores personales?

—Fue una batalla de más de una década, de innovación en la tecnología y de astucia en la distribución y las rutas del mercado. Si evalúas la historia de Lenovo en esta área te das cuenta de que jugó dentro del mercado chino, después compró el negocio de IBM, se expandió internacionalmente, aprendió a competir en el negocio del consumidor porque el negocio de IBM era corporativo. Y seguimos afinando cada paso del proceso de desarrollo, fabricación y distribución de productos.

—¿En qué consiste la tecnología HPCaaS (TruScale High Performance Computing as a Service) de Lenovo?

—¡Son tres preguntas en una! En High Performance Computing tenemos el superordenador más grande de España, aquí en Barcelona. Y estamos en proceso de instalar la nueva generación, el Mare Nostrum 5, en los próximos meses. Hemos demostrado que con la alta tecnología de enfriamiento por agua permitimos cosas que antes no se podían hacer, ya sean investigaciones genéticas, de salud, de clima e incluso las del covid 19. El área Truscale es un modelo de servicio de tecnología en base al consumo. En vez de la adquisición e integración propia de la tecnología, nosotros la adquirimos, la preparamos, la instalamos y la manejamos, relevando al cliente de esas necesidades. Aún es pequeño el porcentaje del mercado que consume la tecnología de esa manera, pero es el área que crece más rápido. Los clientes tienen, en general, la opción de la nube o la tradicional, y buscan una tercera opción que es esta. Es un modelo con características económicas parecidas la nube pero con las raíces en tu centro de cómputo y control sobre tus datos: la soberanía de los datos.

—¿Dónde se guardan los datos actualmente, en China, Estados Unidos...?

—Depende del proveedor de servicio, todos están migrando a una arquitectura que pone los datos en el país donde está el cliente.

—¿Qué diferencia hay entre un superordenador y un ordenador cuántico?

—Son tecnologías totalmente distintas. Los superordenadores son productivos, son reales, están ayudando a la sociedad desde hace 50 años. Es una evolución tecnológica de un concepto básico, tradicional, de un ordenador. Las computadoras cuánticas no se parecen en nada, no existen el uno y el cero, todo está superpuesto y puede ser uno y cero a la vez, y las técnicas de programación son totalmente distintas. Hasta ahora son muy pocos los sistemas que han logrado ser útiles, porque no se ha conseguido mantener el ordenador cuántico en un estado estable donde no cometa errores. Cuando una celda puede ser cero y uno a la vez, si no lo controlas bien puede introducir errores en los cálculos.

—¿Está Lenovo implicada en esta tecnología?

—Todavía no. Nosotros invertimos en innovación y en tecnología nueva, pero no en algo que va a tener una oportunidad dentro de cinco o diez años, sino en aquella tecnología que va a tener oportunidades de uno a tres años, quizá dentro de cuatro. Las empresas que tienen negocios de alto margen, como IBM o la gente de la nube, tienen el dinero y la paciencia de invertir en algo que no va a dar resultados hasta dentro de cinco o diez años.

—La inteligencia artificial está en boca de todo el mundo con herramientas como ChatGPT. ¿Cómo se ve desde Lenovo, es un avance real o un divertimento para explorar la creatividad de una máquina?

—Con ChatGPT la gente se enteró de algo que funciona desde hace tiempo. Es una tecnología impresionante, pero los que vivimos en este mundo hace años que sabíamos que venía y nos estábamos preparando para ella. Hoy por hoy, mi negocio está creciendo súper rápido en el área de inteligencia artificial, tenemos casos de usuario reales en Arabia y EE.UU., empresas de automoción y de turismo. Usuarios que han concebido cómo utilizar esta tecnología para mejorar la experiencia humana, ya sea disfrutando de unas vacaciones o concibiendo un automóvil con unas características increíbles. Esto es real, no es mentira. El uso de ChatGPT es experimental, pero hay usos reales de la IA que no lo son.

—A Coruña ha sido elegida sede de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial. ¿Por qué es importante regular esta tecnología? ¿Qué peligros puede entrañar?

—Hay que regularla dentro de un marco básico. Hasta ahora, nadie ha intentado hacer algo loco con la IA, incluido dentro de Lenovo. Yo estoy más preocupado por el tema de la privacidad y lo que pueden hacer personas maliciosas para dañarla y utilizar nuestra información. Eso está sucediendo hoy cada día y yo sé que Europa es una región líder en esta área, pero aun así la gente encuentra la formar de burlar la seguridad. Me preocupa más eso que la IA, que al fin y al cabo son programas. La IA no son entes independientes vivientes, son programas, hechos por humanos y que hacen lo que los humanos les dicen que hagan. Si el humano tiene malas intenciones, hay que controlar al humano.

—¿Cuál de estas tecnologías emergentes van a tener más importancia en los próximos años: 5G/6G, IoT, IA, realidad virtual y aumentada, blockchain…?

—Para nosotros, las principales son do: la IA, toda la utilización de sistemas de programación de redes neuronales; y lo que llamamos edge computing, que es un paraguas para la IoT, y la intersección de ambos. Por ejemplo, hoy al entrar en el Mobile por el arco de seguridad me reconoció y pasé recto al evento, eso es un caso de edge computing combinado con redes neuronales para reconocer mi cara. Eso es lo que pensamos que va a crecer más rápido.

—En Galicia, las tres universidades tienen un grado de inteligencia artificial. ¿Es necesario?

—Sin duda alguna, porque el modelo de programación es distinto, los casos de mayor beneficio son también distintos. Son ordenadores, es programación, son aplicaciones, el contexto en general es parecido a todo el mundo de la informática, pero en el contexto específico son tecnologías muy especializadas y lo van a ser más aún. La época en la que los ordenadores estaban dominados por una o dos empresas, Intel o IBM, ya desapareció. Ahora va a ser tecnología altamente especializada, por eso estamos invirtiendo en todo: Intel, IBM, ARM, Nvidia… todas van a distinta velocidad. Nvidia, por ejemplo, tiene un progreso acelerado en el área de IA, pero AMD viene muy fuerte por detrás.

—¿Qué es lo que marca la diferencia a la hora de construir una infraestructura de tecnología de la información?

—Facilitar el consumo de la tecnología. La tecnología viene de distintas empresas y la clave es integrarlas en un producto que tú quieres usar, o tus hijos, o tu empresa. En mi área hemos dado con la tecla en los últimos años, hemos crecido de forma muy acelerada y no solo por la pandemia, sino por el progreso que hemos hecho ofreciendo soluciones tecnológicas a los clientes superiores a las de la competencia. Así que lo que marca la diferencia es facilitar el consumo y hacerlo de una forma abierta, a nosotros de forma estratégica nos conviene que nuestra industria se mantenga abierta, porque si la cerramos eso restringe la competencia. Nosotros apostamos a Windows, a Android, a VMware en el área de infraestructura, a Microsoft, a todos los grandes, y así damos a los clientes muchas opciones y libertad de movimiento.

—¿Cómo ha cambiado la industria con la pandemia?

—En cuatro años hemos progresado mucho, tanto Lenovo como la industria. Lo que jamás me imaginé en mayo del 2019 es que el catalizador más importante de esa transformación sería un virus. Hay personas que dicen que la pandemia fue una desgracia para la humanidad; hay otras que dicen, sí, pero la humanidad reaccionó de una manera que agilizó la transformación a un modelo más flexible, moldeable, conceptos que ya existían en algunos países avanzados y ahora están en todos: la movilidad de recursos, darle facilidad a unos trabajadores para moverse de un país a otro, conectar cerebros. Lo que era teórico ayer, ahora es producción. Para todos los que nos impacto la pandemia fue una experiencia mala, pero si miramos hacia adelante y observamos el comportamiento del mundo en los dos últimos años a mí me da esperanza, tenemos una sociedad más resiliente.