La historia de la mujer en los siglos XIX y XX vista desde sus zapatos

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

 Las «Kinki Boots» de Gregg Barnes hechas para el musical del mismo nombre.
Las «Kinki Boots» de Gregg Barnes hechas para el musical del mismo nombre. ANGEL MANSO

La colección de calzado histórico de Stuart Weitzman se expone en la Fundación Barrié de A Coruña

01 nov 2023 . Actualizado a las 17:21 h.

Un zapato puede decir mucho de la persona que lo lleva, como demuestran incluso estudios universitarios. Pero también habla del tiempo en el que vive esa persona y cómo va evolucionando la sociedad de la que forma parte. A esta segunda idea responde el planteamiento de Walk This Way: La colección privada de calzado histórico de Stuart Weitzman, que se inauguró en la Fundación Barrié de A Coruña. Se podrá visitar hasta el 7 de enero del 2024. Organizada por The New-York Historical Society, traza una narrativa en la que, de vitrina a vitrina, el visitante puede hacer un recorrido de la mujer en los Estados Unidos entre los siglos XIX y XX.

Compuesta por cien pares de zapatos seleccionados de la colección que el diseñador Stuart Weitzman reunió junto a su mujer Jane Gershon Weitzman, la exposición refleja como el zapato trasciende a su fin más práctico, para convertirse en una representación de la cultura de un momento. Así, por ejemplo, se pueden ver unos delicadísimos zapatos de boda elaborados con seda en 1838. Se empleaban una o dos veces como mucho. Apenas tienen diferencia entre el pie izquierdo y el derecho. «Se cree que eso era así porque si mostrasen la silueta del pie serían demasiado eróticos», explicaba la historiadora Valerie Paley, vicepresidenta de The New-York Historical Society, y coordinadora de la exposición, que ofreció ayer una charla inaugural.

 Réplica de las Sandalias del millón de dólares de  Stuart Weitzman.
Réplica de las Sandalias del millón de dólares de Stuart Weitzman. ANGEL MANSO

Al lado de esas piezas ligeras, aparecen las robustas botas de cuero altas que usaban las sufragistas cuando irrumpieron en 1910 exigiendo el voto femenino. Las sucede la siguiente fase histórica, la de los locos años veinte, «cuando las faldas suben y empieza el baile de charlestón», indicó Valerie Paley. Los zapatos pronto exigen nuevas necesidades: correas abotonadas para mantenerlos fijados al pie mientras se movían. Más allá de su diseño, «hablan claramente de quién las llevaba, que estaba allí haciendo historia», subrayó la experta.

La exposición se distribuye por diferentes áreas temáticas e históricas. Tras recibir al público con una réplica de las Sandalias del millón de dólares diseñadas por el propio Stuart Weitzman —las creó pensando en una actriz que iba a deslumbrar con ellos en una gala de cine y por eso aparecen en la muestra sobre una alfombra roja—, pronto aparecen modelos tan especiales como un par de Spectators firmados por todos los jugadores del equipo de béisbol de los Yankees en 1941. «Pertenecían a una novia de Joe DiMaggio, el jugador que fue pareja de Marylin Monroe», precisó Paley. Les acompañan en la misma vitrina las sandalias Madonna, elaboradas para Sophia Loren con encaje hecho a mano en la Toscana, y las Kinky Boots de Gregg Barnes, usadas para el musical homónimo de Broadway.

Una selección de zapatos de los años veinte y treinta.
Una selección de zapatos de los años veinte y treinta. ANGEL MANSO

También se destacan en la selección los adelantos tecnológicos, que permitieron diseñar tacones más altos. O emplear materiales como el metacrilato, que facilitaron las transparencias. En ese sentido, llama la atención un zapato de tacón que permite ver todo el pie diseñado por Beth Levine en 1961. Adelanta modelos que hoy se lucen por las calles con normalidad, aunque «en su momento resultase escandalosos», comentó Valerie Paley. Se detuvo en este caso, destacando que pese a ser Beth Levine la diseñadora, cuando decidió crear en los cincuenta una firma junto a su marido usó el nombre de él. «Parecía lo correcto que un zapatero fuese hombre», justificaba entonces. Pasó a la historia como «la primera dama del diseño del calzado» y su caso ejemplifica perfectamente como la invisibilización de la mujer estaba totalmente normalizada y asumida en el pasado siglo.

Otro diseño de Weitzman de 1969 con toques «art-decó».
Otro diseño de Weitzman de 1969 con toques «art-decó». ANGEL MANSO

En la colección hay pares usados por la Reina Victoria y Ginger Rogers. También otros que se pudieron ver en filmes como Ben-Hur con escaso rigor histórico. Y una muestra de la época en la que los grandes almacenes dispararon la sociedad de consumo. Todo mientras se tensionaban las condiciones de trabajo de fondo y poco a poco, a lo largo del siglo XX, la fabricación se iba desplazando fuera del país mientras proliferaba el calzado deportivo. Empezaba otra nueva era.