El cóctel celta se agita en Ortigueira: 21 bandas y un aluvión de «folkies»

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

CULTURA

Detalle del ambiente en la acampada del pinar de Morouzos.
Detalle del ambiente en la acampada del pinar de Morouzos. José Pardo

El Festival do Mundo Celta lo acapara todo desde este jueves y hasta el domingo

11 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La coctelera comenzó a agitarse el fin de semana, con la llegada de los folkies más tempraneros, pero el aluvión se espera para este viernes y este sábado. La música, el otro ingrediente esencial de la propuesta que lanza Ortigueira cada mes de julio, comenzará ya en la noche del jueves. Hasta el domingo, pasarán por el escenario de la Alameda 21 bandas gallegas, del resto del Estado y de otros países. Es el cóctel celta que se agita durante cuatro días —vuelve a su formato original después de dos años de ocho jornadas, para pesar de algunos— entre la playa y el pinar de Morouzos, el segundo corazón del festival, y la zona portuaria, donde reina la música, con los conciertos «oficiales» y la improvisación en locales, calles y plazas.

Algunos rezagados llegan con sus pertrechos para instalarse en la acampada.
Algunos rezagados llegan con sus pertrechos para instalarse en la acampada. José Pardo

El Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira se inaugura en la tarde del jueves (20.00 horas, en la plaza de Isabel II), con el izado de banderas de las naciones celtas y la actuación de la Escola de Gaitas de Ortigueira (EGO), la madre de esta fiesta de alma folk, que en realidad fue un padre, Xabier Garrote, el iniciador de todo en 1978. «Ninguén, agás el, sabía o que ía pasar, porque xa fora a Bretaña e a Irlanda, e xa vira o que había polo mundo. Nós non podiamos imaxinar, pensamos que era un festival folclórico, pero non tivo nada que ver, foi disparatada a cantidade de xente que apareceu e os perfís humanos», destacaba en una entrevista Alfonso Cheda Pita, que en 1978 tocaba la gaita en la EGO con solo once años.

«O primeiro ano aínda non tiñamos Constitución [era julio y se aprobó el 6 de diciembre], había un ambiente de reivindicación social de democracia... barbudos e melenudos, mulleres espidas na praia», recordaba. Hoy queda poco del espíritu reivindicativo, «iso que boa falta facía recuperalo, con todo o que se está vendo», apunta otro histórico del festival que no se pierde ni un concierto. Este año, las actuaciones podrán seguirse en directo a través de la plataforma musical gallega Tolemias (en la página www.tolemias.tv o la aplicación); y en la web agalega.gal se emitirá el recital de Fillas de Cassandra, el viernes (00.50 horas).

Los aficionados seguían llegando este miércoles a la acampada.
Los aficionados seguían llegando este miércoles a la acampada. José Pardo

Otra de las novedades de esta edición es el sistema de pago sin efectivo en las barras de la Alameda, «para mayor comodidad y seguridad de los asistentes», apuntan desde la organización, que coordina el Concello. Los usuarios podrán efectuar los pagos mediante pulseras que se recargarán en puntos de la Alameda y del arenal de Morouzos (al finalizar el festival podrán recuperar el saldo sobrante en la plataforma www.woutick.es).

El cartel musical

En la primera noche sonarán los grupos noveles, los tres finalistas del certamen Runas: el trío gallego Alana, los irlandeses de Buíoch y Picarós, de Asturias. Antes tocará la Bagad Brieg, la banda de gaitas bretona fundada el mismo año que nació el Festival de Ortigueira; y después lo harán Scottish Fish, sonido escocés de la mano de cinco mujeres, y Cüig, un guiño a la tradición musical de Irlanda del Norte.

El cartel del viernes incluye a Peoples Ford Boghall & Bathgate Caledonia Pipe Band, la Escola de Gaitas de Ortigueira, Kinnaris Quintet, Fillas de Cassandra, Green Lads y BackWest. El sábado tocarán Ailá, Capercaillie, Dervish, NoGood Boyo y Aroze; y el domingo, la Asociación Cultural Donarie, Muro Kvartet, José Manuel Tejedor y Böj.

Imagen tomada en la acampada en el pinar de Morouzos.
Imagen tomada en la acampada en el pinar de Morouzos. José Pardo

Hugo Cruz, de A Coruña, hará «todo» lo que esté en sus manos para persuadir a sus amigos o, si es necesario, arrastrarlos hasta la Alameda por las noches. A Victoria y Nadia, palentinas; y Elisa, Diego y Guillermo, de Valladolid, les basta con gozar del ambiente del pinar. «Esto ayuda a desconectar y desestresar, es todo increíble, la temperatura, el mar, la música, el buen rollo, gente que se ofrece a ayudarte», repiten, casi a coro, con las tiendas ya montadas y la hamaca bien amarrada. El cóctel va cogiendo color.