Fallece Juan Mariné, cineasta centenario y Goya de honor, que trabajó en más de 150 producciones

Antonio Paniagua MADRID / COLPISA

CULTURA

Juan Mariné, posando con su Goya de honor 2024.
Juan Mariné, posando con su Goya de honor 2024. Alberto Ortega | Academia de Cine | Europa Press

El histórico director de fotografía, restaurador fílmico e investigador catalán murió en Madrid a los 104 años

18 feb 2025 . Actualizado a las 19:58 h.

El histórico director de fotografía, restaurador fílmico e investigador catalán Juan Mariné murió en Madrid a los 104 años. La vida del centenario cinematógrafo es pura historia del cine español. Su despacho tenía un aire de museo abarrotado, un lugar donde convivían en feliz promiscuidad cámaras, libros, fotografías, moviolas y otros cachivaches. «Tras sobrevivir a la Guerra Civil juré que mi vida la dedicaría al cine». Y cumplió su palabra. Trabajó con todos los grandes directores del país, desde Edgar Neville a José María Forqué, pasando por José Luis Sáenz de Heredia, Antonio del Amo, Pedro Lazaga y Pedro Masó, con los que colaboró en las más de 150 películas que fotografió, la última de ellas La grieta (1990), de Juan Piquer Simón.

Comenzó a trabajar de mozo de mecánico en una empresa de transportes situada en la calle Aribau de Barcelona. Fue entonces cuando llegó a la ciudad la primera cámara de cine sincrónica, que grababa al mismo tiempo sonido e imagen, con las dos películas a la misma velocidad. Las instrucciones para su manejo estaban escritas en francés, así que las tradujo y aprendió todas las tretas para ponerla en funcionamiento. A partir de entonces se mimetizó con la cámara y conoció todos sus secretos.

Miembro del sindicato CNT, Mariné filmó el entierro del dirigente anarquista Buenaventura Durruti, asesinado en noviembre de 1936, una ceremonia que rodó a mano a la vista de que las baterías de la cámara se habían agotado. Durante la guerra, se desempeñó para los noticiarios de Laya Films, la productora oficial de la Generalitat de Cataluña, y sirvió a las órdenes del comandante Líster como fotógrafo. «Cuando le entregué las primeras fotos que él me había dado para revelar y positivar me dijo, con la pistola en la mano, que mis fotografías eran tan horrorosas y estaban tan mal hechas que merecería que me matara allí mismo», contó en una entrevista.

En el 2024, la Academia le otorgó el Goya de honor «por su entera dedicación al cine durante más de 80 años, que transitan por la historia del cine español, sus esfuerzos en el trabajo de la conservación y la restauración y por representar vivamente, a través de su oficio, la importancia de la luz en la historia de nuestro cine».

Campos de concentración

Mariné estuvo internado en los campos de concentración franceses de Saint-Ciprien y Argelès-sur-Mer y viajó como preso de San Sebastián a Cádiz. Ingresó en el campo de prisioneros de La Rinconada (Sevilla), de donde salió gracias a los contactos de su padre, para trabajar después como fotógrafo del Estado Mayor de Cataluña, cargo que concilió con labores de ayudante de fotografía en producciones rodadas en Barcelona.

De regreso a España, después de ver el musical El gran Ziegfeld (1936), dirigido por Robert Z. Leonard, el veneno del celuloide lo aguijoneó de nuevo. Hambriento y sin ocupación por pertenecer al bando de los vencidos, se plantó en la sede de Falange para pedir trabajo y vio al mismo tipo que le había dado el carné de la CNT, pero ahora vestido de camisa azul y correajes fascistas. Bajó la escalera llorando.

El veterano profesional trabajó durante años restaurando películas en la Filmoteca Española, actividad que compatibilizó con la investigación y la invención de técnicas con las que mejorar la calidad de la imagen. Suya es la creación de una copiadora óptica y una máquina de lavar negativos, entre otros artefactos.

En su haber como director de fotografía destaca el haber rodado la primera película en color de la historia de España, La gata (1956). Al dejar el oficio, se le encargó la dirección de restauración cinematográfica en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, donde acudió diariamente hasta el 2020, año en que irrumpió la pandemia.