El policía Rocco Schiavone, camino de los 50; escéptico por fuera, tierno por dentro
CULTURA

Salamandra publica «Ay el amor el amor», de Antonio Manzini, nueva entrega de las andanzas del subjefe de policía romano destinado, por causas disciplinarias, en la fría Aosta
19 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Ocurre a menudo con muchas series de novela negra. La trama delictiva, el caso criminal, la investigación, ya no es que pase a un segundo plano, sucede que se muestra por veces endeble, pobre, inconsistente, desmadejada. No siempre. Ocurre, sobre todo, cuando se trata de una saga consolidada en la que el peso de la historia recae en buena medida sobre el personaje protagonista, llámese Salvo Montalbano, Kostas Jaritos, Jimmy Perez, Harry McCoy, Jean-Baptiste Adamsberg, Petra Delicado, Charlie Parker o Kurt Wallander. Algunas de sus novelas flaquean en intensidad noir, especialmente cuando la cercanía y la familiaridad del héroe alcanzan en el lector tal dimensión que lo que más demanda este es profundizar en ese conocimiento personal. Eso es precisamente lo que sucede en Ay el amor el amor, de Antonio Manzini (Roma, 1964), nueva entrega de las andanzas del subjefe de policía romano Rocco Schiavone —destinado, por causas disciplinarias, en la fría Aosta— que llega ahora al mercado editorial castellano de la mano de su sello de referencia, Salamandra. Este alumno aventajado de Andrea Camilleri ha construido una criatura doliente, un cascarrabias —más oscuro que Montalbano, sí— que ha conquistado el corazón del aficionado al género negro, en particular los amantes de la variedad mediterránea. En un momento de la novela, el funcionario, atascado en la pesquisa del caso Sirchia, admite para sus adentros: «No era capaz, no lo entendía, demasiadas pistas, demasiados rastros, demasiados años y, sobre todo, demasiados muertos. Empezando por Marina [su esposa, asesinada años atrás]». Schiavone arrastra demasiados fantasmas, ya desde su pobre infancia en el barrio romano del Trastévere, allende el Tíber. Camino de la cincuentena, el dolor y los desengaños de la vida lo han convertido en un escéptico, un cínico, pero tras esa fachada oculta una gran humanidad, una capacidad inusual para la compasión, para la empatía con los desheredados —tanto como intratable resulta frente a los poderosos, los abusos y las injusticias—. A pesar de lo que odia la Navidad, en Ay el amor el amor estas fiestas (o sus circunstancias, todo el relato lo pasa en el hospital por mor de una intervención quirúrgica) harán asomar en él esa ternura que tanto se esfuerza en esconder. Puede que incluso le sonría de nuevo el amor —de alguna forma, porque Marina siempre está ahí— gracias a la bella e inteligente Sandra Buccellato. O no.
El canal público italiano Rai adapta la saga literaria de Schiavone para la televisión —trabajan ya en la sexta temporada—; el actor Marco Giallini (Roma, 1963) encarna al subjefe de policía. En España está disponible en plataformas de pago como Apple y Prime que cuentan en su parrilla con las ficciones de AMC.