«Espazo e tempo», un recorrido cincelado por dos siglos de escultura

C. P. G. A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

ANGEL MANSO

El espacio Afundación de A Coruña ofrece una muestra con una selección de los fondos de Abanca hasta el 30 de agosto

22 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Muda o cacho es una muy imponente obra —seguramente, una de las más imponentes— del escultor Francisco Leiro (Cambados, 1957). Dibuja con pulso firme a un gigante de madera de más de dos metros que hace pensar en los titanes imaginarios de la Grecia antigua. Es una de las muchas piezas de valor que exhibe desde ayer el espacio Afundación de A Coruña, tomado hasta el 30 de agosto por la exposición Espazo e tempo, cuyo despliegue ocupa tres plantas del amplio edificio.

Varios planteamientos de la muestra se le pueden antojar al visitante rompedores o distintos, pero en un sentido que sugiere más frescura que ocurrencia. Está ideada la disposición de elementos artísticos para trazar un recorrido cronológico a través de dos siglos de historia y evolución creadora. Desde el trazo realista de las imágenes religiosas del siglo XIX hasta las más deformadas invenciones de las corrientes modernas. Se nutre la propuesta en su mayor parte del inmenso fondo de armario de la colección privada de Abanca. Más de 68 creaciones de diferentes escuelas y orígenes geográficos. Nacionales e internacionales. Espolvorean las paredes citas célebres de artistas y estudiosos que acompañan la experiencia con reflexiones acerca de lo divino, lo humano y —claro— lo artístico.

Acudió a la inauguración el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, que recordó el esfuerzo que la compañía ha hecho a lo largo del último decenio para «acercar la colección del banco al público». «Este patrimonio artístico es para nosotros un motivo de orgullo», añadía. Lo acompañaron Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, y Diego Cascón, responsable de la colección artística Abanca y que encabezó una visita guiada explicando los entresijos de este proyecto.

Espazo e tempo aúna 68 obras de artistas de renombre como Francisco Leiro, Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, Antoni Tàpies, Baltasar Lobo, Julião Sarmento y Juan Muñoz. En diálogo con las representaciones escultóricas se exhiben también algunos cuadros de pintores como Isaac Díaz Pardo o Leopoldo Nóvoa, imaginativo creador pontevedrés que sufrió la desgracia de perder buena parte de su obra en el incendio de su residencia de París. Estas perlas, no obstante, son, según apuntaba Cascón, casi un complemento al servicio de las figuras moldeadas, que ocupan lugar central.