La lluvia no se atreve con O Son do Camiño

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

La tormenta sobrevoló el festival, que tuvo en Kase.O, Kasabian y Bad Gyal a sus platos fuertes

14 jun 2025 . Actualizado a las 15:55 h.

El cielo compostelano amaneció ayer grisáceo, presagiando una de esas tormentas donde la lluvia parece que cae desde todos lados. El agua irrumpió a chuzos y hubo quien, a media mañana mientras oteaba el exterior desde la ventana, dudaba si merecería la pena subir al Monte do Gozo. Al contrario de lo que ocurrió durante el primer día, la amenazante lluvia compostelana no se atrevió con la segunda jornada del Son do Camiño. Lo que sí hubo fue camisetas retro, purpurina, selfis, outfits instagrameables y música.

El sol, como si lo hubiera pactado con la organización, apareció entre las nubes con el primer rasguido del guitarrista de Aiko, que abrió una fiesta que fue ganando en intensidad según el público entraba a borbotones en el recinto.

Cuando apareció Merino aún faltaban miles de personas por llegar. Hicieron acto de presencia con Siloé, cuyo cantante, Fito Robles, pidió al respetable que «brindasen con quien tuvieran a su lado». Dicho y hecho: el público fue directamente a su bolsillo. Ayudó también que la banda ofreciera la primera actuación memorable de la tarde. Si ya tenían fama de triunfar en los festivales, ayer dejaron claro que no era regalada. Parafraseando una de sus mejores canciones, el viaje con ellos mereció la pena.

Amaia, en O Son do Camiño
Amaia, en O Son do Camiño Sandra Alonso

Tras Siloé se subió a las tablas Amaia, que protagonizó a la perfección ese contradictorio papel de haber llegado al estrellato desde Operación Triunfo mientras en su carrera ha evitado la música más comercial. En Santiago defendió su estilo propio, que escapa de ese pop más tradicional y que por momentos llega a explorar esos territorios reservados para Billie Eilish. Rodeada de fans acérrimos, los volvió locos nada más sentarse al piano. «Gracias por hacerme sentir tan arropada», dijo con una sonrisa.

Diego Ibáñez, de Carolina Durante, con muletas
Diego Ibáñez, de Carolina Durante, con muletas Sandra Alonso

Sorprendió la llegada de Diego Ibáñez, cantante de Carolina Durante, que apareció con muletas. Ni lesionado de la rodilla defraudó. Tampoco el icónico Kase-O, que pidió al público que lo acompañara «bebiendo hasta las copas de los árboles». Un clásico.

Kase. O, en el segundo día de O Son do Camiño
Kase. O, en el segundo día de O Son do Camiño Sandra Alonso

Fue el éxtasis para los nacidos entre los 80 y 90, público objetivo de Kasabian, que hicieron olvidar a Kings of Leon con himnos como Fire y Club Foot. Otro recital. Faltaban Bad Gyal y Juan Magán, que saltaron a las tablas ya pasada la medianoche. Para algunos aún quedaba fiesta por delante. Para ellos la lluvia nunca había sido una amenaza.

El pop del pueblo de Estopa apunta al gozo eterno en O Son do Camiño

El dúo llega esta noche como esa banda querida y para todos los públicos que puede reunir a miles cantando sus temas, como Dani Martín en el 2023

JAVIER BECERRA

Hay veces en que, simplemente, todo está en su sitio para que la magia brote de un modo que lo impregna todo. Hay un concierto mítico en la historia de O Son do Camiño en el que ocurrió eso. Fue con Dani Martín, en la edición del 2022. Sencillamente, pasó. Tocaba en la jornada del sábado, en horario estelar y ante más de 40.000 personas que formaron con él un círculo de amor a su repertorio. Enganchó incluso a los no fans del artista. Él, visiblemente emocionado después de haber visto al público reír, llorar y botar, decía al terminar que había sido uno de los conciertos más importantes de su vida. Y, lejos de cumplidos y frases hechas para quedar bien, quien haya estado allí aquel día puede constatar hoy, tres años después, que aquello fue memorable.

Desde entonces resulta muy común entre el público y la gente cercana a O Son do Camiño prever cada año el concierto que equivalga al del excantante de El Canto del Loco. Es decir, el de un artista español ante un público que se conoce todas sus canciones y que, entre todos, se genere ese estado de enamoramiento suspendido en el aire que no aterriza nunca. Se dijo de Leiva en el 2023. También de Melendi en el 2024. Y este año, mirando el cartel y su posición en él, todos los dedos apuntan al mismo nombre: Estopa (23.20 horas, Escenario Estrella Galicia). Sí, los hermanos Muñoz son las grandes figuras del día —aunque salgan después de The Prodigy en el cartel—, y los claros candidatos a hacer algo como lo de Dani Martín aquel día. A su manera, por supuesto.

El de Estopa es uno de esos repertorios que han calado a varias generaciones de tal modo que ha adquirido el estatus de banda sonora de la vida de muchos. Todo ello a base de autenticidad, sencillez y talento. David y José se las ingeniaron a finales de los noventa para trenzar un discurso musical que flotaba suelto en el ambiente y se enredaba entre quienes lo escuchaban con una increíble facilidad. La música plasmada en Estopa (1999), su debut, emanaba directamente del vacile del bar tras una larga jornada en una fábrica de montaje. No buscaba producciones exquisitas ni ejercicios sonoros rebuscados. Apelaba a la rumba, al rock de Extremoduro y, en momentos puntuales, también al rap. Desde ahí, al grano y sin metáforas indescifrables, contaban historias en las que los coches se citan con marca y modelo, el cantante pierde la cabeza por una chavala y los baños son testigos de vidas echadas al retrete entre rayas de cocaína. Era todo tan real, tan falto de imposturas y tan sencillo que había dos opciones: rechazarlo como quien no se acepta a sí mismo o abrazarlo con intensidad porque ahí se encontraba con estrofa-estribillo-estofa la vida cotidiana hecha canción.

Muchos, muchísimos, optaron por la segunda opción. Estopa se convirtió en todo un fenómeno musical que captaba un sentir popular mayoritario. Si en Inglaterra tenían a Oasis cantando sobre lo que era ser un paria de la clase obrera que desahogaba sus frustraciones en el pub, Estopa le dio fuelle a las tribulaciones de una buena parte de la clase trabajadora española. Y, además, con una sonrisa pícara e ibérica que jamás entenderán en Inglaterra.

El año pasado, cuando la gira del 25 aniversario hizo una parada en Galicia, lanzaron una dedicatoria en Pastillas de freno —todo un himno de los currantes de las cadenas de montaje incluido en ¿La calle es tuya? (2004)— a todos los que se levantaban a las seis para ir a trabajar. «¡Yo lo hago a las cinco!», gritó un fan desde el público, plasmando en ese diálogo la conexión. Aquel concierto supuso un repaso por esa amplia discografía en la que el grupo logró lo imposible: mantener el éxito inicial, prolongarlo en el tiempo y no perder por el camino esa autenticidad que tanto valoran sus fans. Esos que no pueden evitar sentir algo —entre la emoción, las risas y la nostalgia— cuando vieron que subían al escenario un Seat Panda como el que protagonizó su célebre canción. ¿Volverá a pasar hoy en O Monte do Gozo? Sea como sea, de lo que no queda duda es que hoy allí se vivirá algo muy grande. Con o sin el Panda.

Y además: Prodigy llevará al público a los años noventa y Steve Aoki cerrará el festival

Junto a la actuación estelar de Estopa, la segunda jornada ofrece otras actuaciones

Capital Voskov (15.30). Con el indie épico de festivales como referente, la banda de Muros mira a los estribillos poderosos.

Taïn (16.10). Joven betanceiro cuyo pop-rock tira de influencias como Vetusta Morla y Leiva, añadiéndole un toque de rap.

Marlena (17.40). El dúo llega con su propuesta de pop dosmilero.

Lia Kali (18.30). Figura de referencia en las músicas urbanas que parte del rap, pero lo lleva a todo tipo de lugares.

La La Love You (19.20). Canciones redondas entre el punk-pop y el indie-pop, y un grupo que parece hacer nacido para los festivales.

Dani Fernández (20.20). Una de las figuras del momento. Pop para todos.

Amaral (21.35). Un clásico del pop-rock español que lleva años instalado en el circuito de los festivales, donde sus canciones las corean varias generaciones.

The Prodigy (01.10). Viaje a los noventa con The Prodigy y temas como Firestarter, que fusionaron electrónica y el rock. Cita con la historia.

Steve Aoki (02.30). El famoso DJ se encargará de cerrar el día.

Además, en el escenario electrónico se podrán disfrutar de las actuaciones de Yahaira, Viviana Casanova, TSHA, Jayda G, Honey Dijon y Dennis Cruz.