Kim Novak teme que sexualicen su relación con Sammy Davis Jr. en el biopic protagonizado por Sydney Sweeney
CULTURA

La actriz de 92 años, que acaba de recibir en Venecia el León de Oro por su carrera, se muestra inquieta por la adaptación de su historia: «No creo que fuese una relación escandalosa»
02 sep 2025 . Actualizado a las 08:48 h.Kim Novak ha recibido, a sus 92 años, un merecido León de Oro por su icónica carrera. Un mito viviente de la época dorada del Hollywood con una dilatada trayectoria a las órdenes de los grandes directores del séptimo arte, entre ellos, Hitchcock, que la colocó como cabeza de cartel de una de sus obras maestras, Vértigo. La diva no solo acaparaba titulares en la época por su aclamada faceta profesional; también en lo personal estuvo en el centro de todas las miradas. Uno de esos episodios de su vida íntima, concretamente su relación amorosa con Sammy Davis Jr., será llevado pronto al cine, en forma de una adaptación, dirigida por Colman Domingo, en la que estará interpretada por la actriz Sydney Sweeney.
La diva del cine ha manifestado sus primeras suspicacias sobre el biopic sobre esa parte de su vida ya desde el propio título de la futura película: Scandalous! (¡Escandaloso!). Para ella, ese adjetivo no puede ir más desencaminado con lo que realmente fue su relación. «No creo que tuviera nada de escandaloso», ha declarado en una entrevista al diario británico The Guardian.
Lo cierto es que el idilio entre ambos sí que levantó cierta polvareda en la época. El romance clandestino, muy comentado cuando se supo por tratarse de una relación interracial, terminó cuando el mandamás de Columbia Pictures amenazó al músico, bailarín, actor y comediante con mandarle a la mafia, insistiendo en que sería muy malo para el negocio si se daba a conocer que Novak estaba saliendo con un hombre negro. «Él ya había perdido un ojo en un accidente y Harry Cohn lo amenazó con arrancarle el otro», había contado la propia actriz.
Pero, aun así, la actriz teme el foco desde el que se va a analizar su relación en la dramatización que prepara Colman. «[Sammy] fue alguien que me importaba», destacó sobre su relación, «teníamos tanto en común, incluida la necesidad de ser aceptados por lo que éramos y lo que hacíamos, más que por nuestro aspecto».
En vista del título y de los intérpretes elegidos —la exuberante Sydney Sweeney y el actor David Johnsson—, Novak tiene pavor de que se lleve hacia otros derroteros. «Me preocupa que lo vayan a enfocar todo en motivos sexuales», comenta con reservas.
El romance entre Novak y Davis fue fugaz. Empezaron en 1957, y se supo poco después. En otoño de ese mismo año, la columna de cotilleos del New York Journal-American dejaba caer la bomba con iniciales. Hablaba de una estrella de cine identificada como «K. N.» que estaba saliendo con un artista de renombre, bajo las iniciales «S. D.». La gente ató cabos enseguida.

Se habían conocido por una actuación del cantante en Chicago, y el artista que formaría parte del Rat Pack junto a Frank Sinatra o Dean Martin, a pesar de las dificultades de la época para los hombres negros, luchó siempre por conseguir sus sueños. Y lo logró en prácticamente todo. Hasta conseguir seducir a una de las grandes divas de ese momento. Y a muchas otras. Sabían que su relación suponía todo un desafío para las convenciones de entonces. Y, en parte, les gustaba el reto. «Nos convertimos en conspiradores, unidos por lo único que teníamos en común», recordaba él años después.
Poco después, tras meses de éxito dando el esquinazo a la prensa, los periódicos los pillaron, y empezaron a difundir rumores sobre que se habían sacado la licencia de matrimonio o que la actriz estaba a punto de comprometerse con él. «En Hollywood están horrorizados», decía uno de los textos.
Los chismes sepultaron la relación. Novak no le daba importancia, y cuando él la llamó para disculparse por el daño que podía tener para su carrera y la reputación de Columbia, ella le contestó con un categórico «¡No soy propiedad del estudio!». Lamentablemente, Harry Cohn no pensaba lo mismo sobre ella ni sobre la relación que mantenían. Contactó con el mafioso Mickey Cohen y este llamó al padre de Davis: «Dile a tu hijo que se olvide de Kim Novak y se busque a una negra para casarse. De lo contrario, le romperemos las dos piernas, le sacaremos el otro ojo y lo enterraremos en un agujero».
La relación terminó ahí. Y Novak confirmó años después que nunca había estado realmente enamorada, ni mucho menos que estuvieran pensando en casarse. En esos momentos, la actriz no estaba en pasar por el altar con nadie. Pero recuerda ese idilio con cariño. «Era un niño grande, vulnerable... Y no quería lastimarlo», confesó.