La icónica Nena Daconte y el héroe local Xoel López incendian el Recorda Fest

CULTURA












La primera nómina de artistas desplegó su arte en el coruñés muelle de Batería. Ya no quedan entradas para los conciertos de este sábado
06 sep 2025 . Actualizado a las 13:46 h.Había ganas de Recorda Fest. Las caras de la concurrencia eran de entusiasmo. De «ya era hora» incluso. Porque el año de espera a más de uno se le hizo largo. Casi pareciera que hubieran estado tachando días del calendario con el objetivo en mente de desmelenarse el 5 de septiembre en la explanada del puerto coruñés.
Abrieron bocas —por ser los primeros, pero también por ponerle pasiones verdaderas a sus temas— los barceloneses Eric Griso y Álex Wall. Y, hablando de muros, era el público una masa móvil de desgañiteos cuando apareció por el escenario Nena Daconte. Tantos años y tantos éxitos después, quedó fuera de toda duda que es una cantante icónica que tiene mucho que darnos, muchas cosas que contarnos.
La primera velada del festival fue una ocasión para la distensión completa. Nadie se acordaba ayer en el muelle de Batería de agobios cotidianos o de penas hondas. La buena música, y la del Recorda lo es, alcanza su forma más refinada cuando se convierte en un paréntesis que exorciza los pesares del cuerpo y, por unas pocas horas, los vuelve pequeñitos y estériles.
Prendieron la noche, quizá inesperadamente, las simplemente magníficas Marlene. Ellas dieron paso a la purga extraordinaria que fueron las melodías acariciadoras de Xoel López. Esa garganta con guitarra que a tantos ha acompañado y acompaña. En su repertorio, las entonaciones, aunque ciertamente meritorias, son lo de menos. Es el arte cantautoril de contar historias a la antigua usanza. Una juglaría de lo común que peina las pasiones de los corazones con su evocación continua de verdades intestinas, más románticas e idealistas que cerebrales. Tocó el hijo de A Coruña como el que toca para su propia madre. Con los dejes y recovecos del creador que se sabe en su sitio y frente a su gente. Esa misma playa que Xoel soñó desde pequeño con ver descansaba sus arenas y sus olas rompientes a escasos metros. Los lugares y las situaciones de sus composiciones son los lugares y las situaciones de esa ciudad tan suya y tan de todos los que desde fuera del universo encapsulado de las tablas lo admiran asintentes y arrebatados. A esa Tierra con sus Que no donde El amor valiente sobresale entre El lodo. No es cosa pequeña en estos tiempos decir así de alto que lo bonito es posible. Que la oscuridad no es sino la hermana enclenque y apocada de la luz. Así es la vida. Al menos, así es tal y como la canta ese hijo de A Coruña que es Xoel López.
Siguieron el camino de migas de pan los nunca defraudantes Lori Meyers, que paradójicamente cantaron ya de noche su icónico Siempre brilla el sol —y respondían los asistentes coreando en grito vivo esa réplica luminosa de «no lo decidimos, pero siempre da calor»—.
Cerraron con contundencia La La Love You y Ultraligera. El membrete final que selló una tarde y una noche en la que flotaron las mieles inminentes de un segundo asalto que esta misma tarde sabatina se promete dulce.