Karol G deja de ser «La Bichota» por un día para deslumbrar en su histórico concierto en el Vaticano
CULTURA

La artista colombiana, con un elegante vestido negro con pedrería, cantó un tema de su nuevo disco e interpretó a dúo con Andrea Bocelli «Vivo por ella»
14 sep 2025 . Actualizado a las 17:34 h.Karol G ha vivido un momento histórico este sábado. La artista colombiana ha sido una de las estrellas de excepción que han participado en el macroconcierto celebrado en la plaza de San Pedro, en pleno corazón del Vaticano. Había mucha expectación por ver cómo de desenvolvía la artista latina, conocida por sus canciones provocativas, sus letras explícitas y sus bailes sensuales, en un ambiente que, a priori, pocos habían previsto para ella. Supo adaptarse al decoro que se esperaba de la situación, aunque sus elecciones no fueran, posiblemente, lo que los fans esperaban.
Para esta jornada histórica, flanqueada por la columnata de Bernini, Karol G aparcó durante una jornada a La Bichota y, en un elegante vestido negro de pedrería y parte del pelo recogido en un moño, subió a cantar en el escenario, en primer lugar, Mientras me curo el cora, uno de los temas de su último álbum. Lo hizo con elegancia, acompañada de un coro de 250 voces, con ritmo suave y a modo de góspel y espiritualidad. Nada del perreo ni del movimiento de la colombiana en esos cinco minutos que, a los fans que la coreaban, les supo a muy poco.
Por suerte, volvió a aparecer sobre el escenario una hora después, esta vez para un dúo, con nada menos que Andrea Bocelli, uno de los anfitriones y organizadores de este evento, el Grace for the World («Gracia para el mundo») que fue emitido en directo a todo el mundo por Disney+. Como relevo de Marta Sánchez, la primera en traer el Vivo per lei de Bocelli al español, Karol G interpretó junto al músico una nueva versión de Vivo por ella, que el italiano había sacado hace un año junto a la colombiana.
Fue el momento de la noche. Los más de 100.000 asistentes al evento en directo en la plaza de San Pedro vivieron este dueto entre los dos artistas como un mágico momento histórico de una noche especial en todos los sentidos, tanto en el musical como en el visual.
El idioma español estuvo presente otra vez más cuando la beninesa Angélique Kidjo, que llevó a la plaza vaticana los ritmos tropicales de La vida es un carnaval, del mito cubano Celia Cruz.
Otro de los invitados de honor en este macroconcierto fue el estadounidense Pharrell Williams, que con su célebre Happy puso a la multitud a bailar y aplaudir, como proclama la propia letra, porque «la felicidad es la verdad», declaró ante el público. Antes, el artista había instado a los asistentes a encender las linternas de sus móviles, iluminando toda la plaza, y afirmó que era «una oportunidad para unirnos», ya que siente que no se está «haciendo lo suficiente» en el mundo actual.
Asimismo, Williams introdujo a John Legend, a quien definió como una «leyenda» y que entusiasmó entonando ante el piano los temas Glory y Bridge Over Troubled Water. Por su parte, Jennifer Hudson cantó junto a Bocelli The Prayer.

Además de las actuaciones, un espectáculo de drones iluminó el cielo sobre la Basílica de San Pedro. Más de 3.000 aparatos voladores que dibujaron en el cielo todo tipo de figuras, desde estrellas a la Piedad de Miguel Ángel o varias imágenes de la Capilla Sixtina. Pero emocionó, sobre todo, la imagen del papa Francisco en el firmamento, recordando así al pontífice fallecido este mismo año.
Pero no todo fue espectáculo. También hubo momento para los mensajes de reivindicación. Resonaron las voces del activista indio Kailash Satyarthi, Premio Nobel por la Paz de 2014, o de la mozambiqueña Graça Machel, viuda de Nelson Mandela. «El silencio ante las injusticias jamás conducirá a la paz y la paz demanda acción», advirtió Satyarthi. «Debemos comprometernos en dar una paz justa a todos los lugares donde la violencia nos ha despojado de nuestra humanidad y, en este encuentro mundial por la fraternidad humana, afirmamos con una sola voz que la justicia debe ser el último guardián de la reconciliación», exclamó Machel.