Hélène Cixous: «Shakespeare no imaginó el genocidio de Gaza o la locura de Trump», dice Hélène Cixous

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Hélène Cixous, retratada en su casa de París, con su gata Haya.
Hélène Cixous, retratada en su casa de París, con su gata Haya. Teresa Suárez | Efe

La pensadora recibió este miércoles en el Teatro Real el premio Formentor de las letras por «configurar la conciencia de lo femenino»

01 oct 2025 . Actualizado a las 22:34 h.

Resulta paradójico escuchar a Hélène Cixous (Orán, 1937) certificar y lamentar la desaparición de los intelectuales. Considerada una de las grandes pensadoras europeas, autora de más de ochenta libros entre ensayos, ficciones y teatro, la influyente filósofa francesa de origen argelino y español lo afirmaba unas horas antes de recibir en el Teatro Real el premio Formentor de las letras por «configurar la conciencia de lo femenino».

Cixous, especialista en Joyce y Shakespeare, se pregunta si el genial dramaturgo inglés habría podido inventar a un personaje como Donald Trump. «Creo que no —se responde—. La dimensión teatral de Trump es evidente, pero su locura es de otra naturaleza. Hitler actuaba de acuerdo con una ideología terrible y hacía lo que decía el Mein Kampf. Trump, en cambio, improvisa cada día una nueva destrucción, sin método y sin orden», lamenta.

Para Cixous lo más inquietante es que «Trump es un producto de la democracia, surgido de una potencia fundada en el sueño de la libertad». No oculta su estupefacción ante un fenómeno que, a su juicio, desborda los marcos clásicos: «Putin es heredero de Stalin, tiene también una lógica. Pero Trump es puro desconcierto», reitera.

«Intranquila» ante la situación mundial, se interroga sobre «qué guerra nos va a humillar, nos va a destruir y nos va a impedir vivir con dignidad y de forma honorable». Para entender el incierto presente recurre de nuevo a Shakespeare. «Su teatro nos habla de masacres, traiciones y venganzas. Ricardo III, Julio César o Lear representan ese poder devastador. Pero las matanzas de pueblos enteros que hoy contemplamos no están en sus obras. Nosotros podemos ser peores que lo que Shakespeare escribió», asegura.

«Cuando hablo de masacres me refiero a Palestina, donde hemos visto un genocidio, o a Ucrania, invadida por puro afán de conquista. Y habrá otras masacres, aunque aún no sepamos cuáles», vaticina. La lectura del Quijote le ofrece un consuelo distinto: «Lo maravilloso de Cervantes es que autoriza la locura de su protagonista. Pero los locos de hoy no son gentiles: son crueles, malvados, verdaderos dragones», asegura, pensando de nuevo en Trump y Putin.

Sorprende que Cixous certifique la desaparición de los intelectuales en la era de los influencers. «El intelectual fue una creación histórica de la Francia de finales del XIX y principios del XX. Hoy la palabra sigue teniendo peso político, pero la figura ha desaparecido», lamenta. «En Francia se publican artículos larguísimos que ya no mueven nada, no cambian nada. Es triste decirlo, pero los intelectuales han desaparecido. Quizás resurja uno dentro de cincuenta o cien años, pero hoy no existen», asegura.

Mantener la esperanza en el poder de la palabra

Pese al pesimismo, Cixous mantiene la esperanza en el poder de la palabra. «Siempre habrá escritores interesantes, aunque pocos. No podemos abandonar la literatura: es una necesidad humana como respirar, beber, comer o dormir», asegura.

Reconoce que la democracia retrocede, pero cree en la persistencia de la palabra: «El deseo de libertad es tan primitivo como el de la democracia. Aunque se intente suprimir, siempre habrá un lugar en el mundo donde vuelva a empezar».

El premio Formentor de las letras es a veces antesala del Nobel -lo fue con Annie Ernaux-, un galardón que se falla en unos días y no altera la serenidad de Cixous. «No pienso en premios. Sueño con la inmortalidad de la literatura. Escribo siempre con la convicción de que la humanidad seguirá leyendo. El Formentor me alegra, porque es un galardón que nace del amor por la literatura», se felicita.

Origen judío

Hija de madre alemana judía asquenazí y padre argelino judío sefardí, Cixous se trasladó a París en 1955 para doctorarse en Letras. Publicó en 1969 su primera novela, Dedans, premiada con el Médicis, y desde entonces es catedrática de Literatura Inglesa. Fundó el Centre d’Études Féminines et de Genre, pionero en Europa.

Publicado en Francia 1975, La risa de la Medusa se considera un texto fundacional del feminismo moderno. Cixous ya defendía allí que las mujeres contaran su deseo y su experiencia con un lenguaje propio, transparente y sin vergüenza. Medio siglo después, aquel alegato ilumina aún su pensamiento. A los 50 años de su publicación su autora asegura que «sigue siendo necesario que las mujeres se cuenten a sí mismas, aunque no se escriban cosas nuevas». Cree que panorama no ha cambiado mucho para ellas, aunque ha valorado «pequeños cambios» como el derecho al aborto reconocido en algunos países occidentales.

En España La risa de la Medusa no apreció hasta 1995. Luego llegaron Las ensoñaciones de la mujer salvaje (2003), Deseo de escritura (2004) o El vecino de cero, Samuel Beckett (2018).

Muy cercana a pensadores como Derrida, Foucault, Bataille o Deleuze, ha desarrollado también una intensa actividad teatral con el Théâtre du Soleil. Doctora honoris causa por varias universidades, ha recibido distinciones como el Prix du Syndicat de la Critique, el Marguerite Duras o el de la Bibliothèque Nationale de France.