Alberto Contador se paseó por París vestido de amarillo hace un año y dos corredores españoles, Alejandro Valverde y Óscar Freire aspiran a sucederle hoy, en la primera etapa en línea del Tour 2008, con 197,5 kilómetros entre Brest y Plumelec. Es la primera vez desde que se instauró el prólogo en el Tour, en 1967, con triunfo del corredor de Fagor José María Errandonea, que no hay una contrarreloj en el estreno de la carrera. El final de la etapa está situado en una ligera subida de 1.700 metros, con un porcentaje del 6,2%. En 1997 ganó en esa misma llegada Erik Zabel, por delante de Frank Vandenbroucke, con Abraham Olano en sexta posición.
Valverde, que se encuentra en un gran estado de forma, y Freire, que dice que no está pletórico, no serán los únicos aspirantes serios al amarillo. Nombres como los de Riccardo Riccó, Kim Kirchen, Thor Hushovd, Stefan Schumacher o incluso Mark Cavendish tendrán sus opciones en una etapa bretona que contará con cuatro puertos, sobre un terreno duro, como toda esta tierra, y con posibilidades de que llueva y haga mal tiempo, lo que añadiría más dureza al estreno del Tour de este año. En estas condiciones, no será fácil controlar a un grupo que pretenda provocar una estampida en el pelotón.
Opciones para todos
Con esta primera etapa, los organizadores han querido marcar diferencias con las últimas ediciones y, en palabras del director de la prueba, Christian Prudhomme, «dar opciones a todos en la victoria final». El patrón del Tour cree que, con cuatro tachuelas de cuarta categoría y el repecho final, los aventureros, los velocistas más duros y los rodadores pueden intentar buscar una victoria que tiene como premio adicional el primer maillot amarillo.
Sin embargo, todas las miradas se dirigen a Valverde, un duro rodador capaz de afrontar bien el repecho final que lleva a la meta, y que ya ha logrado muchos triunfos en finales similares. El ciclista español reconoce que el perfil se adapta a sus condiciones pero afirma que no arriesgará demasiado por la victoria final, porque su meta en este Tour está en los Campos Elíseos de París. «Un podio sería fenomenal», confesó ayer.
El vencedor de hoy no tendrá bonificaciones en la general. Otra innovación para intentar darle otro aire a la carrera de siempre.