El Deportivo visita el próximo domingo (17 horas) al Racing de Santander, su rival favorito, aquel contra el que casi siempre puntúa cuando se enfrentan en el estadio del Sardinero, donde ha ganado en ocho de sus últimas catorce visitas. Pero su fenomenal estadística no se queda ahí. También presume de que no ha perdido en el feudo cántabro en los once partidos más recientes entre ambos. Un precedente fenomenal para encarar el duelo con la moral por las nubes.
Tropiezo con el Villarreal
Tan bien se dan al Dépor sus encuentros en Santander que allí sus estadísticas son mejores que en ningún otro campo de Primera División. Solo en el del Sevilla, donde ha puntuado en doce de sus catorce visitas más próximas, presenta unos números similares, aunque peores. Ni siquiera en su propio terreno de Riazor acumula mejores resultados, pues solo hay que revisar sus cuatro choques más recientes para encontrar la primera derrota, frente al Villarreal en la jornada final del pasado Campeonato de Liga.
Según la estadística, el Racing es un chollo para el Deportivo. Si la historia se repite, el equipo coruñés tiene muchas papeletas para salir victorioso de su partido del próximo domingo. Y casi todas para, al menos, puntuar. El último triunfo local en El Sardinero data de la temporada 1995-96, y desde entonces el Dépor ya ha disfrutado de seis victorias. La más reciente se produjo la temporada pasada (1-3), con dos tantos de Xisco, en plena racha goleadora, y uno de Coloccini.
El gol de Manuel Pablo
Ninguno de los dos viajarán a Santander en esta ocasión, pero el equipo coruñés nada tiene que temer. No solo se impone en el global de los partidos disputados en El Sardinero (cinco victorias cántabras frente a ocho gallegas y seis empates), sino también en cuanto a los registros goleadores (21 a 26). Hasta en otras dos ocasiones le endosó un claro 0-3 a su rival. Goleó en el 2005 con tantos en propia meta de Neru y Mora, además de otro de Taborda, y volvió a hacerlo en el 2001 por medio de Valerón, Manuel Pablo (el único que ha marcado con la camiseta blanquiazul en la Liga) y Fran.
Solo la racha del Dépor en el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla (doce partidos sin perder de catorce) se acerca a sus llamativas cifras cuando se desplaza a Santander. Contra el Málaga, el Deportivo acumula seis encuentros sin perder y solo ha perdido un partido, el primero que disputó en la temporada 1999-2000. Además, los coruñeses no conocieron la derrota en seis de sus ocho últimos enfrentamientos frente al Sporting de Gijón en El Molinón.
Cuatro sin perder en Bilbao
En números globales, el resto de los equipos de la Liga defienden con solvencia su feudo de las incursiones coruñesas. Lleva cuatro partidos sin perder en San Mamés frente al Athletic, tres en Valladolid y otros tres en el campo del Betis. Y en sus visitas al Espanyol y al Mallorca perdió la última, después de tres temporadas sin derrotas deportivistas.
Los grandes también han sentido el poderío de los gallegos lejos de su estadio. En Madrid acumula tres partidos seguidos perdiendo, después del triunfo del 2004 con el gol de Luque. El Dépor sufrió cuatro derrotas consecutivas en el Camp Nou, pero antes festejó victorias consecutivas en las campañas 2002-2003 y 2003-2004. En el feudo del actual líder de la Liga, el Valencia, el Dépor puntuó en cuatro de los últimos siete choques, mientras que en Villarreal, el equipo coruñés lleva dos derrotas consecutivas tras cuatro partidos sin perder.
El Racing triunfa en Riazor
En realidad, la estadística entre el Dépor y el Racing aún se torna más singular si también se tienen en cuenta los encuentros disputados en A Coruña. Al igual que la mayoría de las visitas del equipo coruñés al Sardinero se saldan con victorias, ahora el Racing se toma su particular revancha, pues se ha llevado la victoria de Riazor en cinco de las nueve últimas ocasiones. El Dépor solo le ha ganado dos veces como local desde el cambio de siglo: en el 2001 por 2-1 con doblete de Makaay y en el 2006 por 2-0 gracias a los goles de Capdevila e Iago. Pero este domingo el duelo se disputa en El Sardinero, donde los coruñeses juegan mejor que en casa.