«Ya no hay ninguna duda de que Pau puede enfrentarse a cualquier rival y que además también muestra su liderazgo en el campo cuando el equipo lo necesita. Ante Boston era su turno para guiarnos hacia la victoria y lo hizo», comentó el técnico de los Lakers, Phil Jackson, a la conclusión del choque de la pasada madrugada, que finalizó con triunfo californiano (109-110) tras una prórroga.
El duelo llegaba con morbo por toda la historia que atesoran los enfrentamientos Celtics-Lakers. La pasada, que los convirtió en rivales irreconciliables durante la década de los ochenta, y la más reciente, por el triunfo de los verdes en la última final el pasado verano. Un español, Pau Gasol, fue el héroe de los de púrpura y oro con 26 puntos (5 decisivos en la prórroga), 14 rebotes y dos tapones en los veinte segundos finales, en los dos últimos ataques locales.
Garnett, desquiciado
No lo tuvo fácil el ala-pívot español. Tuvo que actuar de cinco los 46 minutos que jugó por la ausencia de Bynum y enfrente tenía a una de las grandes estrellas de la NBA, Kevin Garnett. La Máscara acabó desquiciado, expulsado por faltas e incapaz de frenar el juego ofensivo de Gasol. Algo que ya había sucedido en el encuentro de hace mes y medio en Los Ángeles y que empieza a causar mella en la moral del miembro interior del Big Three de los Celtics.
Gasol y Bryant encontraron en Fisher y Odom a dos grandes socios para mantenerse vivos durante todo el encuentro. El Garden registró un ambiente propio de una final y con sus cánticos habituales llevó en volandas a su equipo. Nunca hubo grandes diferencias en el marcador, aunque los Celtics fueron siempre por delante, a excepción del segundo cuarto.
Paul Pierce y Kobe Bryant se enzarzaron en un duelo personal de grandes canastas y exquisitas defensas que finalizó en tablas. La misma igualada que registró el electrónico al término de los 48 minutos (101-101). Ya sin Garnett en pista, Gasol apuntilló a los Celtics. Anotó cinco de los nueve puntos de su equipo y fue un muro en su pintura.
Restaba poco más de medio minuto para la conclusión de la prórroga y los Celtics tenían el choque en el bolsillo. Vencían por uno y tenían la posesión de balón. El español taponó a Glen Davis y el balón salió rebotado hacia Odom, al que tuvieron que frenar en falta. El siete de los Lakers anotó los dos tiros libres y el encuentro se fue a la última posesión local con victoria por uno para los californianos.
A tres segundos para el final, un seguro de vida, Ray Allen, encontró espacio para lanzar franco desde seis metros, pero Gasol apareció en un bloqueo y punteó el lanzamiento. Pau fue el hombre del partido. El Garden enmudeció.