La fiera regresa al lugar del crimen

DEPORTES

El 26 de agosto del 2007 Negredo inauguró su cuenta en Primera con un gol al Dépor en el «carismático» Riazor. El de Vallecas vuelve mañana al estadio del debut soñado

21 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Aquel día hubo doble sesión de estreno en A Coruña. Con la mayoría de edad recién cumplida (el club se fundó en 1989), la Unión Deportiva Almería debutaba en Primera. En Riazor llegó también el tanto inaugural de los andaluces en la máxima categoría. Lo firmaba un debutante llegado de la cantera del Real Madrid, que aprovechó un error de Coloccini para batir a Aouate de tiro cruzado (Soriano y Crusat redondearían después un doloroso 0-3).

«Fue un estreno increíble por ganar con el Almería en un estadio tan carismático y encima consiguiendo marcar. Para mí llegar a jugar en Primera ya es un sueño, pero he peleado mucho por conseguirlo», afirmaba tras el encuentro Álvaro Negredo (Vallecas, Madrid, 1985).

La pelea comenzó en las categorías inferiores del Rayo, con el que llegó a jugar en Segunda B. Entonces marcar goles pasaba por hincar los codos: «Mis padres me dejaban sin partido cuando sacaba malas notas». El chaval aprobó lo suficiente para captar las miradas de la Casa Blanca. «Me llamó mi representante y me preguntó ''¿quieres vestirte de blanco''. Pensé que me estaba vacilando porque sabía que yo era un poco vikingo, pero él me dijo: ''Álvaro, es en serio''».

Así que en el 2005 Negredo cambió el Teresa Rivero por los campos de Valdebebas, donde las cosas no empezaron demasiado bien. Su primer entrenador, López Caro, contaba con Roberto Soldado y apenas le dio bola. Aquella temporada se acostumbró a entrar como segundo punta hasta que el Real Madrid ascendió al primer equipo al técnico del Castilla. Miguel Ángel Portugal tomó entonces las riendas del filial y el Tigre de Vallecas encontró luz al final del túnel. «Siempre le estaré agradecido», apuntaba hace poco.

A Portugal lo sustituyó Michel, que se encargó de descender al filial blanco a Segunda B, pero dejó un buen poso en muchos de sus jugadores. Entre ellos, Negredo, que vivió una fenomenal temporada. Sus 18 tantos lo convirtieron en uno de los máximos goleadores de la división de plata y el míster lo elevó a referente del equipo. El delantero considera a Miguel González uno de sus padres futbolísticos. El otro es Unai Emery. «Me dieron libertad, minutos y tranquilidad», destaca de ambos.

El de Fuenterrabía entrenaba al Almería cuando Negredo se cansó de la falta de oportunidades en el Real Madrid -varias veces se ha quejado por el maltrato deportivo a los canteranos- y fichó por los andaluces en el 2007. Poco tardó en convertirse en emblema de su nuevo club y establecer los primeros récords de unos novatos en la máxima categoría. Es, lógicamente, el jugador con más tantos para los almerienses en Primera y va camino en convertirse en el único futbolista del club en debutar con la Selección.

Buen rematador y habilidoso pese a su corpulencia (mide 1,86), Vicente del Bosque lo ha definido como un delantero «interesante y en progresión» y en varias ocasiones ha considerado la posibilidad de convocarlo, pese a no haberlo hecho todavía. «Le lanzo mensajes en cada partido», aseguraba el ariete en una entrevista reciente.

Güiza y Llorente le cierran el paso de momento, pero la de Negredo es una carrera larga. «Soy joven todavía», afirma el segundo español en la lista del Pichichi tras Villa -lleva 19 goles, tantos como el resto del equipo-. Precisamente, su nombre suena para sustituir al Guaje si este sale del Valencia. También lo quieren varios clubes ingleses y hasta Hugo Sánchez aconseja a la afición que disfrute los últimos partidos del de Vallecas en Almería. Un paso más en la carrera imparable de la fiera.