Barnes, que comenzó la última vuelta como líder, se desplomó, y Woods no fue capaz de alcanzar a los primeros
23 jun 2009 . Actualizado a las 12:04 h.El reto del recorrido negro de Bethpage State Park engulló ayer a los jugadores que empezaron la última ronda entre los diez primeros, a los llamados a pelear por el US Open. En la batalla del lunes, en un final atípico del segundo grande del año, nadie le ganó al campo. La tensión, la endiablada colocación de las banderas y el exigente recorrido pusieron patas arriba el torneo. De la batalla emergió la figura de Lucas Glover, un buen (y discreto) jugador, con una sólida carrera pero lejos del brillo de los focos a los 29 años, con solo un título en su palmarés en la PGA. Se une al selecto club de los vencedores de majors .
Líder durante los dos días anteriores, el primero en caer ayer fue Ricky Barnes. Siete bogeys en los 12 primeros hoyos le descartaron. Sufrieron Hunter Mahan, Ross Fisher, Sean O'Hair, Bubba Watson, Todd Hamilton... Incluso jugadores laureados como Retief Goosen y Mike Weir. El camino se fue despejando para Phil Mickelson, el preferido de la afición, esta vez con el reto personal de llevar la copa al hospital en el que su mujer, Amy, ingresará en unos días por un cáncer de mama.
El momento de Mickelson
El zurdo de San Diego jugaba aclamado por el público, celebraba golpes con el puño cerrado, acortaba diferencias. Y dio una zancada en el hoyo 13. Con un eagle , se aupó al liderato, igualado con Glover y con cinco hoyos por jugar. Después, el empate se hizo a tres, porque el veterano David Duval -ex número uno mundial y ganador del Open Británico en el 2001- llegaba inspirado por detrás, con birdies en los hoyos 14, 15 y 16.
Y fue entonces, en el momento de máxima tensión, después de fruncir el ceño durante varios instantes de su vuelta final, cuando Glover lidió mejor con el campo y la tensión. Su birdie en el 16 casi coincidió con los errores de Mickelson y Duval en el 17. El aspirante a un major llegó con dos golpes de ventaja a los dos últimos hoyos y jugó muy seguro. Tranquilo también celebró el triunfo junto al green del 18, con su mujer y sus padres.
A Mickelson, aclamado toda la semana en su camino por el campo, el torneo le mostró todo el cariño que le tiene la afición norteamericana. Y a David Duval, con muchos problemas en el pasado reciente, le enseñó el camino para volver a la élite, tras caer al puesto 882 del ránking mundial.
Tiger Woods, como en el último Masters, ofreció momentos brillantes en la última jornada, pero quizá ya era demasiado tarde para arreglar su tarjeta. Le ganó al campo y así consiguió terminar entre los mejores. Algo más atrás, terminó Sergio García.