El Tigre, que se perdió la última edición, es favorito junto a Harrington, que ganaría por tercera vez consecutiva
16 jul 2009 . Actualizado a las 02:48 h.El Abierto británico se detiene este año en la costa sudoeste de Escocia, en su camino hacia la edición del 2010, cuando el campeonato retornará al viejo campo de St. Andrews. Será también una transición entre el nuevo mundo y la tradición. Porque si el viejo campo, patria originaria del golf y albacea del Abierto Británico, sigue siendo un lugar público administrado por una fundación sin ánimo de lucro, el complejo de Turnberry, con dos campos de 18 hoyos, uno de nueve y una academia, es ahora propiedad del fondo soberano de Dubái.
Turnberry es el resort del golf tradicional, un complejo turístico levantado en torno a las ruinas de un castillo y a un terreno, el Alisa, donde se disputa el Abierto, que es con frecuencia votado por los aficionados como el mejor campo de Escocia y el Reino Unido.
Cerrado desde noviembre para acometer las obras de remodelación que eran necesarios para obligar a los grandes pegadores del golf contemporáneo al juego de precisión en las costas escocesas, los organizadores del Royal and Ancient han extendido el campo en 226 metros -es ahora un par 70 con 6.587 metros- mediante la modificación de las posiciones de los tees o convirtiendo, por ejemplo, el antes recto 16 en un pata de perro.
Los cambios tienen un tema común, tentar a los golfistas con un buen drive o arriesgarse o a optar por una salida más conservadora que los obligue a jugar después hierros más largos y difíciles. Se han añadido 23 bunkers al recorrido, pero el campo de Alisa mantiene su carácter. Es el que menos bunkers tiene entre los campos en los que se juega el Abierto Británico. Sesenta y cinco cuando es frecuente que sean más de 120.
En estas circunstancias, en las que las características del terreno son la mayor dificultad y en cuatro días en los que se predice un tiempo y viento variables, Padraig Harrington sería por inercia el favorito.
Entraría en el palmarés como el primero en ganar tres abiertos sucesivos desde principios del siglo XX y ha llegado a Turnberry como llegó a Birkdale y a Carnoustie, ganando previamente el PGA irlandés.
Sin Phil Mickelson
No estará en Turnberry Phil Mickelson, que ha preferido quedarse en su casa para cuidar a su mujer en un trance de enfermedad. Pero regresa al Abierto Británico, tras su ausencia del año pasado, un tal Tiger Woods, que persigue con su eficacia habitual también su decimoquinto grande del golf, que lo dejaría a tres del empate con Jack Nicklaus.
Woods es el favorito aplastante en las casas de apuestas y él, como Sergio García, que también está entre los favoritos de los apostadores, ya han advertido en los días de práctica que Turnberry está preparado con calles muy estrechas y rough largo. Y que todo dependerá de pegar bien a la bola y del acierto en la selección de palos en función del viento.