El Dépor muere de pie en el Bernabéu

Rubén Ventureira

DEPORTES

Los blanquiazules, que nunca le perdieron la cara al partido, empataron dos veces, pero acabaron cediendo ante la pegada del Madrid

30 ago 2009 . Actualizado a las 13:24 h.

La galaxia no era tan lejana. El Dépor murió de pie en el Bernabéu ante un Madrid que impuso su pegada y su calidad individual. La calidad colectiva la aportaron los blanquiazules, que mantuvieron en vilo a los galácticos hasta el descuento.

El Dépor cumplió el guión que Lotina había dispuesto para el arranque. Defendió con dos líneas muy juntas y constantes apoyos, basculó armonioso y colocado, presionó arriba cuando vio la ocasión, e hizo circular bien la pelota cuando la tuvo. En el Real Madrid, los componentes del tridente (Kaká, Raúl y Cristiano Ronaldo) se movían de banda a banda buscando un sitio que no encontraban.

Sin arrugarse, los blanquiazules respondieron a un disparo de Kaká con una falta que Guardado lanzó por encima del larguero y un centro del mexicano que Marcelo le quitó de la cabeza a Pablo Álvarez. El Dépor estaba asentado en defensa y cómodo en ataque, favorecido porque en el Madrid la presión era tarea de uno, Lass. Fue en esos momentos cuando el Bernabéu calló y de un fondo arreciaron los gritos de «De-por-ti-vo», con las sílabas marcadas como en Riazor. Con ambiente de Centenariazo en la grada, llegó el gol blanco. No lo hizo ninguna de sus nuevas estrellas. Marcó el de siempre. La jugada combinó el talento de Kaká, que ideó un bello pase interior al área, con la diosa Fortuna: el balón pasó entre las piernas de Rodríguez hasta llegar a Benzema, que justo disparó entre las piernas de Aranzubia; el cuero rebotó en el palo y, casualidad 2, por allí apareció Raúl para hacer el gol que más veces se le ha visto: el de empujarla. Lejos de regodearse en su mala suerte, los de Lotina siguieron a lo suyo. Y la justicia se obró enseguida a balón parado, un premio al laboratorio de Abegondo. Se conocía ese punto débil del Madrid, que había encajado así cinco tantos en la pretemporada. La falta indirecta se la tocaron a Juca, que se inventó una rosca al área chica, donde Riki puso la cabeza y el 1-1.

El estadio se calló de nuevo hasta que otro pase interior, esta vez de Lass, volvió a romper la doble línea defensiva blanquiazul. La pelota le llegó a Raúl, que encaró a Aranzubia y se dejó caer exageradamente cuando el meta extendió su zurda. El árbitro señaló los once metros. La bola entró con furia, toda la que había ido acumulando Ronaldo desde el inicio del partido. Ya liberado, se atrevió a tirarle un caño a Laure.

El Dépor sí acusó el 2-1. O más bien, el Madrid se inspiró. Raúl, Benzema, Garay y Kaká pudieron hacer el tercero, pero dejaron el partido vivo para la segunda mitad. Cuando un cuarto de los hinchas merengues aún estaban en el ambigú, Guardado centró a ciegas desde la izquierda hacia Valerón, que vio un hueco por donde batir a Casillas y allí la situó mimosa, como el genio que es. La lámpara se le apagó después, cuando solo ante Casillas emborronó una gran combinación del Dépor.

Espoleado por el 2-3 que no fue, el Madrid embotelló al equipo coruñés, que dio unos pasos para atrás, los suficientes para que Lass se deshiciese de Juca y colocase desde la frontal el 3-2. Un disparo al larguero de Benzema y una mano prodigiosa de Aranzubia a Ronaldo evitaron el cierre anticipado de un partido al que un corajudo Dépor nunca le perdió la cara.