Un gran técnico que merece más de lo que Lendoiro le da

DEPORTES

03 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El tiempo colocará a Lotina en los altares del deportivismo. Incluso a pesar de que no haya conseguido un título en sus tres años como técnico blanquiazul. Lo que ha hecho, cómo lo ha hecho y con qué lo ha hecho no se le escapa a nadie a poco que siga la actualidad futbolística.

Lotina encontró un Deportivo formado por una plantilla menor a la que ha agigantado incluso a pesar de la marcha de referentes de otros años, como Lafita y Verdú y antes de Coloccini. Ha convertido al lateralillo Filipe en un buen futbolista, ha logrado que un tal Juan Rodríguez sea capitán general, que Antonio Tomás sea titular en un equipo que se ha movido en puestos europeos desde el principio del campeonato, que un defenestrado Aranzubia sea ahora mismo uno de los mejores porteros de España, que su equipo gane partidos a pesar de que sus delanteros son los menos resolutivos de Primera... Lotina y sus ayudantes, apoyados en la entrega sin límite de sus chavales, han convertido un utilitario en un vehículo de alta gama.

Pero todas las noticias que genera el club, salvo los resultados sobre el césped, anuncian quiebra. Una quiebra económica, que salta a la vista y que se desparrama día a día sin atisbarse su final. Una quiebra ética, con Lendoiro saltándose todas las reglas morales que considera oportuno saltarse para mantenerse en el puesto; y una quiebra deportiva, la que puede acabar llegando si la plantilla sigue descapitalizándose.

Mientras el trabajo de Lotina ha ido a más, el de su presidente ha ido a menos. Hoy por hoy, el míster está muy por encima de lo que el dirigente le pueda ofrecer.

Lamentablemente, el futuro del actual técnico-milagro del Dépor está lejos de A Coruña.