Los de Quique, que regalaron al Liverpool la primera parte, remontan en la prórroga una eliminatoria perdida
30 abr 2010 . Actualizado a las 02:39 h.Se quedó anclado Antonio López y Benayoun aprovechó el hueco entre la espalda de Valera y la línea de fuera de juego. El tiro raso superó a De Gea y pareció sentenciar a un Atlético superior al Liverpool durante 135 minutos de eliminatoria de ida y vuelta. Pero los de Quique son jugadores hechos para la agonía. Forlán más que ninguno.
El delantero se multiplicó ayer: a ratos como punta de largo recorrido; a ratos como único hombre capaz de atacar y defender en áreas opuestas el mismo saque de esquina. El premio le llegó casi a tiempo vencido, cuando su equipo tenía pie y medio fuera de la final de Hamburgo, para la que el Fulham se había clasificado segundos antes de que en Anfield se inaugurara la prórroga. En el minuto 102 del duelo en terreno inglés Forlán recibió un gran pase de Reyes y batió a Reina, firmando el 2-1 que validaba el escaso 1-0 cosechado tras el repaso en el Manzanares.
«U-ru-gua-yo, u-ru-gua-yo», tronaron las gradas. Antes, The Kop había coreado otros nombres. A lo largo de la primera parte del encuentro, la hinchada red empujó sin cesar el notable juego de los suyos, que encerraron al rival. Benítez entendió que el músculo no le iba a llevar más lejos en la Liga Europa y desplazó a Mascherano al rincón derecho de la zaga -Glen Johnson podría pasar a la historia como aspirante número mil al lateral izquierdo del Spanish Liverpool-. El hueco en el mediocampo lo llenó Aquilani, habitual aspirante a caricatura de Xabi Alonso que, por fin ayer, recordó cómo se juega al fútbol.
Marcó Aquilani
No solo dirigió con criterio el ex de la Roma, sino que empató la eliminatoria al rematar de primeras un buen centro de Benayoun. El balón se coló junto al palo justo antes del descanso.
Tras el paso por vestuarios, los de casa cedieron terreno, alentando el avance colchonero. La visita fue ganando presencia poco a poco, aunque sin generar más peligro que disparos desde su casa de un flojo Raúl García. Los ingleses regalaron el control, pero se guardaron las mejores ocasiones. Antonio López le quitó la suya a Kuyt, que solo tenía que empujarla, y De Gea alcanzó a salvar otra de Glen Johnson para enfilar la prórroga.
El tiempo extra arrancó con Benayoun desatando la agonía atlética. Y ahí apareció Forlán. «U-ru-gua-yo, u-ru-gua-yo».