Las 15 medallas de Múnich en el 2002 son el reto a superar por la anfitriona en el Europeo de Barcelona
27 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El atletismo pretende prolongar el julio mágico del deporte español. Porque hoy arrancan en Barcelona los Campeonatos de Europa más ambiciosos. El gran objetivo, superar las quince medallas de Múnich 2002 y convertirse también en una referencia de la disciplina a nivel continental. El reto no parece fácil, pero volver a la montaña mágica de Montjuich dieciocho años después de aquellos Juegos Olímpicos resulta todo un visado de cara al éxito.
El fondo y el medio fondo deben ser una vez más la despensa de medallas de la delegación española, la más numerosa de la historia (88 en total, 55 hombres y 33 mujeres), pero también los lanzamientos y los saltos pueden ayudar a sumar.
Para llenar el saco, Odriozola, el presidente de la Federación Española de Atletismo, sueña con dos tripletes. El primero en el devaluado 1.500, en donde Reyes Estévez es el único veterano. Arturo Casado y Manuel Olmedo, el nuevo campeón de la distancia, conforman un equipo que tendrá como únicos rivales a los ingleses después de que el francés Mehdi Baala haya confirmado su ausencia.
El 5.000 masculino es el otro vivero para el éxito. Jesús España, el actual campeón continental, Sergio Sánchez (el plusmarquista europeo de 3.000) y Alemayehu Bezabeh (el campeón de Europa de cros) parecen bazas serias para discutirle a Mo Farah todo el podio. El inglés nacionalizado será la principal amenaza también en el 10.000. Tampoco puede descartarse el 800 con Luis Alberto Marco, Kevin López y David Bustos, los tres con un final demoledor. Máxime después de que Yuri Borzakovskiy anunciase su renuncia por tendinitis.
En mujeres, el 1.500 es una baza segura. Odriozola también puede soñar con un mano a mano entre Natalia Rodríguez y Nuria Fernández en la última recta. Con las mamás codo con codo, como en el Campeonato de España.
Los obstáculos
En el sector femenino, todas las miradas estarán puestas en la reina Marta. Domínguez es la única candidata al oro en los 3.000 obstáculos, pudiera decirse que es el título más seguro a priori. En su versión masculina, José Luis Blanco se subió al podio cuatro años atrás en Gotemburgo (en donde la selección fue quinta con 11 metales). Entonces fue plata y en teoría también está para luchar por un lugar en el podio.
En las distancias más largas no faltan motivos para la esperanza. Curiosamente ha desaparecido del mapa el eterno favoritismo de Paquillo Fernández (todavía sancionado por dopaje) y la marcha corta no entra en las quinielas, pero sí la larga, con Jesús Ángel García Bragado, que a sus 41 años pretende anunciar su adiós con una medalla colgada del cuello.
La marcha femenina también promete. María Vasco corre en casa y Beatriz Pascual parece que va en moto toda la temporada. Solo las rusas, o un mal día, les pueden cortar el vuelo hacia las medallas.
Chema Martínez es el principal argumento en el maratón. El madrileño ha demostrado estar en un buen momento y su experiencia y motivación lo convierten en candidato, aunque en tantos kilómetros es imposible hacer ningún tipo de conjetura.
Los lanzamientos y los saltos completan el puzle de la esperanza. El disco de Pestano y Frank Casañas, la jabalina de Mercedes Chilla, el vuelo de Felipe Méliz y Joan Lino Martínez o los dos metros de Ruth Beitia son opciones de lo más real, pero teniendo en cuenta que todas estas disciplinas precisan de una calificación que en muchas ocasiones se ha convertido en tumba de las ilusiones.