La Vuelta, con nocturnidad y alevosía

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN/LA VOZ.

DEPORTES

Una crono por equipos nocturna en Sevilla será el punto de partida de una edición con terreno para escaladores

28 ago 2010 . Actualizado a las 10:38 h.

La Vuelta 2010 arrancará con un tren nocturno. La carrera comenzará en Sevilla con una crono por equipos de trece kilómetros. El Footon será la primera formación en abrir la procesión. Lo hará a las 22.04 horas. Los ciclistas del Andalucía, a las 23.28, serán los últimos de la cofradía de la ronda española. Nocturnidad y alevosía. Y, sobre todo, calor.

La carrera nace con una crono. Pero que morirá en la montaña. La balanza del recorrido parece inclinarse hacia los escaladores. Puede ser un buen mapa de ruta para que Ezequiel Mosquera encuentre el camino del ansiado podio después de firmar dos quintos puestos y una cuarta plaza en la general. Aunque, si de galones se trata, el favorito es Denis Menchov, que cuenta ya con dos triunfos en su palmarés. El ruso llega del podio del Tour. Vincenzo Nibali, procede del cajón de honor del Giro. Y Frank Schleck aterriza con su hermano Andy como escudero de lujo.

Esta Vuelta presenta seis finales en alto, dos de ellos inéditos: Cotobello y la Bola del Mundo. Sin la amenazante sombra del Angliru. Y con una única crono individual. «Es un recorrido con emboscadas, sobre todo en la primera semana. Es para un escalador puro, le va bien a Mosquera», apunta el gallego Serafín Martínez.

El camino acaba en Madrid. Para el Xacobeo comienza hoy a las once. «La crono es un poco complicada al principio, pero luego hay avenidas amplias para rodar. No creo que perdamos más de 15 segundos y deberíamos acabar cerca del quinto puesto», indica Gonzalo Rabuñal. No se esperan desgarros en la general. Pero el derroche físico, aliñado con el calor y la hora, pueden traer consecuencias. «Tendremos dificultades para dormir después de ese esfuerzo. Estar con el motor a tope de revoluciones y ponerlo después ralentí es complicado», explica David García. El marinense añade que «el calor que desprende el suelo es insoportable, como si uno estuviera encima del infierno». «Yo refrigero bien, pero todo tiene sus límites», concluye Rabuñal. El entrante de la Vuelta esta vez se sirve muy caliente. Y en la cena.