La mejor cara en el momento más oportuno

Alberto Blanco

DEPORTES

07 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Hemos pasado la mitad del todo o nada. Así es la victoria de España ante Grecia y la espera hasta mañana, donde reeditaremos la final del Europeo de Polonia 2009, frente a Serbia. En el momento más oportuno, la mejor cara, la identidad del equipo y pensar en cuál es nuestro real objetivo en el campeonato.

Tres sensaciones me invitaban a pensar en el triunfo de la selección ante los helenos. El primero, a los 2,45 minutos exactamente del partido. Fue el tiempo exacto en que Juan Carlos Navarro necesitó para enchufar dos bombas y decir bueno, la cosa parece otra. La seguridad que da ver al escolta del Barcelona sirve como bálsamo a cualquier duda. Es ver cómo se le hace el clásico carretón y tras su primer paso, dejar ese lanzamiento peculiar de tiro a 3 metros sobre un pie, y con ello lo importante, canasta y saber que Juanqui, siempre está. El catalán les tiene fijación a los griegos y su facilidad para anotar ante el mejor defensor de Europa (Diamantidis) es, simplemente, espectacular.

Navarro junto a Garbajosa -cómo me alegro por él y por el duelo frente a su compañero de equipo Velijkovic en cuartos- son el núcleo duro de la selección junto a Pau, el sustento del equipo, el alma de esta selección que ha puesto a nuestro país en el puesto número uno del baloncesto mundial. Y pensar que había un preparador físico que decía que estaban acabados?

El segundo feeling venía desde el banquillo. Entre todos nos habéis hecho recuperar ese conocido eslogan «La segunda unidad sale a?». Pues eso, que los chicos Carrefour han vuelto a demostrar que son lo que son. No doce, como en ocasiones anteriores, ya que somos diez, pero qué diez. Valientes, jugones, listos y? defensores. Con la que le ha llovido a Scariolo, ahora se le loa por la zona (pues para eso está, ¿no?, si no vamos sin técnicos y listo) y esa zona nos permitió tapar nuestro gran agujero hasta la fecha, la defensa del bloqueo directo.

Y luego quedaba Grecia. En realidad, el tercer partido serio de España. Los batacazos ante Francia y Lituania nos dejaron enrabietados, encendieron todas las alarmas. Pero Grecia siempre aparece cuando más lo necesitamos. Papaoloukas lo ha dejado ya aburrido de perder contra España, ahora Diamantidis, ¿quién será el siguiente? Y mira que tratan de evitarnos, pero nada. El básquet es el deporte número uno de ese país y cada derrota es una tragedia, así que imaginemos lo que ha pasado estos días por allí? Qué lejos queda el mal trago del Mundial 1998 donde 14 españoles despistados vimos caer en el pabellón de La Paz y La Amistad -no se les pudo ocurrir otro nombre, ¿verdad?- a nuestra armada frente a 14.000 griegos. Mejor olvidarlo.

Ahora viene Serbia, la mitad del todo, la mitad del nada.