Lotina busca un líder y puede que esté al caer. A la espera de sus sensaciones en los últimos entrenamientos de esta semana para descartarlo definitivamente de cara al Bernabéu, todo apunta a que Aranzubia reaparecerá frente al Osasuna, en el primer compromiso deportivista después del parón liguero. El portero se encuentra esta semana por fin mejor. El exigente trabajo físico que ha completado en las últimas semanas, con dobles sesiones de entrenamiento diarias, lo dejó exhausto y de nuevo preocupado por si oculta tras su cansancio y su mal cuerpo se escondía la temida lesión. «Hay que tener en cuenta que Aranzubia ha hecho el trabajo de mes y medio de pretemporada en apenas treinta días», subraya el entrenador de porteros, José Sambade, quien insiste en que en el estado del deportivista «no hay nada extraño, ni nada que ocultar».
El jugador comenzó a sentir malestar en su hombro izquierdo el pasado 16 de febrero, tras una mala caída en un entrenamiento. Se le inflamó, el traumatólogo del club, Rafael Arriaza, le inyectó un antiinflamatorio y el dolor remitió momentáneamente. Dos días después se resintió y se retiró de la sesión, pero llegó el partido contra el Xerez en Riazor y Aranzubia jugó. La articulación no dejó de darle la lata hasta final de temporada y el futbolista creyó que con el descanso de las vacaciones las molestias acabarían simplemente por desaparecer.
Pero con los primeros entrenamientos el dolor volvió y el guardameta acudió a un especialista privado, Mikel Sánchez, el prestigioso traumatólogo que mima las rodillas de Rafa Nadal, quien le recomendó un trabajo minucioso para recuperar una articulación vital en el trabajo bajo palos. El jugador, que guarda silencio, cumple un mes con el alta médica, pero sigue fuera de los planes de Lotina. «Estoy esperando a que él me diga que está en condiciones, si no me lo dice, es porque sus sensaciones no son buenas», señaló ayer mismo su entrenador. No recibe ya pinchazos en su hombro, ni ha vuelto al médico, ni toma ningún otro tratamiento. «Solo tiene marcado un trabajo específico de fisioterapia, pero médicamente está preparado», confirma el médico del Dépor Ramón Barral.
Menos carga de trabajo
«Yo también creo que aún no está al 100%», asegura Sambade, quien afirma que su problema no radica ni en el aspecto físico ni tampoco en el psicológico. «Esta semana hemos cambiado su preparación, antes buscábamos más carga de trabajo y ahora queremos menos carga, pero más calidad, por lo que poco a poco pensamos que va a ir recobrando sus sensaciones habituales y que se va a ir encontrando mejor», señala.
También influyen las buenas actuaciones de Manu, de los pocos destacados del Dépor en este arranque de Liga, cuando despejó dudas entre los aficionados y respondió a la confianza del cuerpo técnico. El meta apunta como una de las claves de su buen rendimiento el apoyo del propio Aranzubia: «A muchos porteros de Primera les sorprendería la buenísima relación que tenemos». Incluso ambos intercambian mensajes de móvil antes y después de los partidos.
El asturiano sabe que cuando su compañero se sienta de nuevo al 100% volverá al banquillo, por eso insiste en que cada partido «es una oportunidad para lucirme en la máxima categoría y para decir que yo también estoy aquí». El estatus de Aranzubia procede de su gran desempeño las dos últimas temporadas, cuando tras dejar el Athletic por la puerta de atrás se redimió como el cerrojo de Riazor. En A Coruña se reencontró con su mejor fútbol. Ese que ahora está a punto de volver.