Uno de los trabajos de los equipos de la NBA, como en la mayoría de los grandes europeos -fundamentalmente españoles, italianos, griegos y serbios- es seguir la evolución de jóvenes talentos y jugadores que en un corto plazo podrían dar el salto a la mejor liga del mundo. Ese trabajo concentra esfuerzo, seriedad, silencio y dedicación.
Como todo el mundo sabe, la NBA dispone de un draft que lo que pretende es dar la oportunidad a todos los equipos que participan en la Liga de poder disponer de los mejores jugadores de cada generación. La lotería viene determinada y el número en el cual puedes escoger, por la posición que ocupa tu equipo al finalizar la Liga. Por eso, conjuntos como Minnesota tuvieron la opción de hacerse un hueco arriba cuando tuvieron la suerte de hacerse con Kevin Garnett, y Oklahoma, la de incorporar a un killer y máximo anotador de la última campaña, como Kevin Durant. En Europa sería impensable que Granada, por poner un ejemplo, tuviese opciones de fichar a Dejan Musli. Ni por dinero, ni por pretensiones deportivas, en la actualidad. Ese intento de igualar la Liga es lo que tiene en sí la idea del draft .
Para este año, los jugadores a seguir serán la generación del año 89. A nivel europeo no podemos decir que es una hornada muy interesante. Creo que en el próximo draft habrá menos jugadores no americanos de los que en los últimos años se ha visto. En España, en la ACB hay varios jugadores que tendrán la opción de declararse drafteados . Por ejemplo, el base francés del Meridiano Alicante, Heurtel, que maravilló en Treviso 2010; o un jugador muy seguido de cerca, Pablo Aguilar, que realizó varios training camps este pasado verano en diversas franquicias dejando un buen sabor de boca en Estados Unidos. También gente como Xabi Rabaseda, Pere Tomas, Mamadou Samb, Jayson Granger o Jhornan Zamora (para algunos, decir que este chico venezolano pasó sus primeros años en España, en Galicia, exactamente entre Porriño y Vigo).
Pero en Europa seguro que chicos del talento del serbio Milan Macvan, de la capacidad atlética del francés Edwin Jackson o el sueco-americano Jeffery Taylor, de la altura y amplia mejora del alemán Robin Benzing o una muñeca maravillosa como la de Bojan Bogdanovic (está liderando la Cibona en su retorno al país que lo vio nacer) serán mirados esta campaña con lupa. Mención especial al talentoso lituano Mindaugas Kuzminskas, un tres con gran talento y que está haciendo carrera al revés de lo habitual y que sirve para cerrar este prólogo de la temporada que se avecina.