Pese a la excelente temporada en su primer año en Ferrari, pese a la milagrosa remontada en las últimas carreras, pese a demostrar de nuevo que es el mejor piloto aunque disponga de un monoplaza nueve décimas más lento, el segundo puesto de Fernando Alonso en el Mundial del 2010 fue una mancha en el deporte español. Mientras el motociclismo hacía historia de la mano de Jorge Lorenzo, Toni Elías y Marc Márquez, el asturiano, por fin con un coche competitivo para aspirar al título, se quedaba con la miel en los labios en la última carrera. Superada la frustración, todo apunta a que varios meses de trabajo de Alonso en la factoría italiana darán como resultado un F11 casi imbatible. Pero un año más la medida la pondrán los rivales, principalmente McLaren y Red Bull.
Si Fernando Alonso parte como favorito desde la derrota del 2010, el piloto de origen gallego, Jorge Lorenzo, también aspira a lo máximo pero desde su laureado triunfo en las dos ruedas. Habrá una clara diferencia con respecto al año pasado: Valentino Rossi, el mejor piloto de todos los tiempos, ya no compartirá box con Lorenzo. El italiano, después de proclamarse campeón con Honda y Yamaha, inicia una nueva etapa de la mano de Ducati. Será el mismo rival pero con montura diferente, igual que Casey Stoner, flamante fichaje de Honda que, desesperado por las constantes caídas y justificaciones de Dani Pedrosa, se ha hecho con los servicios de un piloto que ya se ha proclamado campeón del mundo de MotoGP. Así, ante el nivel de los rivales, Lorenzo tendrá una lucha difícil para repetir el título, pero más complicado será que España revalide las tres coronas que alzó en el 2010, entre otros motivos porque Toni Elías ha regresado a la categoría reina. Ganen o no los nuestros, España volverá a tener un gran protagonismo con la celebración de cuatro pruebas: Jerez, Montmeló, Aragón y Valencia.
Pero antes de que lleguen las grandes citas, otro español, Carlos Sainz, también aspira a repetir laureles en el rali más duro del mundo, el Dakar, que tendrá que esperar al menos un año más para regresar a África.