El mediapunta participa en el partidillo con el resto de sus compañeros, tres meses y medio después de su operación.
10 ene 2011 . Actualizado a las 23:33 h.Míchel, centrocampista del Deportivo, reconoció que se hundió cuando accedió a pasar por quirófano a finales de septiembre para solventar los bloqueos que sufría en el menisco y se mostró muy contento por volver a completar una sesión de trabajo con sus compañeros tres meses y medio después.
«Me hundí cuando decidimos que me operara porque dijeron que la recuperación era de cuatro a seis meses y tenía miedo de no volver a jugar, pero el doctor me dio confianza», comentó tras el entrenamiento celebrado en la ciudad deportiva de Abegondo. íchel señaló que llegó al Deportivo en verano cedido por el Valencia «con la ilusión de jugar y darlotodo» al equipo coruñés y manifestó que «las ganas han aumentado en estos tres meses» que ha estado de baja.
Espera estar «pronto» en los planes de Miguel Ángel Lotina, que confió en él en el arranque de la temporada, pero no quiere precipitarse. «Ahora hay que pensar en el primer partido que pueda jugar, pero no hay que precipitarse. Hay que ir poco a poco. Entre los doctores y los fisios veremos cuándo llega la hora. Lo primero que tengo que hacer es recuperarme, estar al cien por cien y no ponerme fechas ni metas», indicó.
Apuntó que por él «jugaría el jueves» ante el Almería en la ida de cuartos de final de la Copa del Rey, «pero hay que tener cabeza, saber que la rodilla no está al cien por cien y que hay que esperar», puntualizó. Míchel declaró que salió del entrenamiento «muy contento» tras haber «probado giros y tiros» y se mostró satisfecho porque ha obtenido la recompensa a un gran trabajo.
«Cuando me operaron, las primeras semanas lo pasé muy mal, luego trabajé a muerte mañana, tarde y noche sin descansar, todos los días, y se me ha hecho largo porque nunca me había lesionado en la vida y después de tres meses y medio sin pisar un campo, tenía muchas ganas», dijo el centrocampista del Deportivo.
Durante su ausencia, el equipo coruñés se recuperó de su mal inicio de temporada y logró salir de los puestos de descenso de la clasificación de Primera División. «Al equipo lo he visto muy bien, está haciendo muy buena primera vuelta, fuera está haciendo muy buenos partidos y en casa está sacando buenos resultados, salvo en encuentros concretos como el del Barcelona. Hay que ponerle muy buena nota», sentenció.
La intervención a la que fue sometido a finales de septiembre tenía como objetivo solventar sus bloqueos de menisco. Míchel se fijó entonces como objetivo reaparecer en los terrenos de juego ante el Valencia, el equipo que le cedió el pasado verano al Deportivo por una temporada y al que los coruñeses se medirán el próximo domingo en Mestalla, pero parece precipitado que esté a disposición de Lotina en ese compromiso.
El futbolista ultima su puesta a punto tras duras jornadas de entrenamiento individual en las que se le ha visto machacarse en la ciudad deportiva de Abegondo para intentar regresar a las órdenes de su técnico lo antes posible. El 24 de septiembre, horas después de intervenirle, los doctores del Deportivo estimaron que el jugador iba a estar entre cuatro y seis meses de baja, por lo que el centrocampista todavía está en condiciones de acortar los cálculos médicos.
Aquel día de septiembre, el jugador fue sometido a una artroscopia a cargo del traumatólogo del club, Rafael Arriaza, en la que se le descubrió una lesión que no había sido revelada en la resonancia magnética previa. El centrocampista sufrió en la pretemporada tres episodios de bloqueo espontáneo de su rodilla en los encuentros ante el Newcastle en el Teresa Herrera, el Zaragoza y el Getafe, este último el 20 de septiembre, y los médicos del club coruñés consensuaron con el jugador que lo mejor era que pasara por quirófano para saber a qué se debía su lesión.
Míchel fue intervenido en el hospital USP Santa Teresa de A Coruña y en el quirófano se confirmó que tenía una desinsercción menisco-capsular que provocaba que el menisco se moviese y en algunos gestos se desplazara y trabara la rodilla.
Si los médicos no intervenían, ese movimiento incontrolado provocaría una lesión grave en la rodilla y por eso se determinó practicarle una sutura de menisco.