Messina no encuentra el camino

José M. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El irregular Madrid se deja en Valladolid las opciones de alcanzar el liderato

28 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ettore Messina en su laberinto. El técnico más prestigioso del baloncesto europeo, el entrenador fichado a golpe de talonario para devolver al Real Madrid al primer plano del baloncesto en Europa, vive, como su equipo en una montaña rusa, que parece no tener fin. Una versión de Mourinho, más educada pero igual de desconcertante. Ayer, el Madrid, solo superado este año en la final de la Copa del Rey y en Valencia y con el pasaporte para los cuartos de final de la Euroliga en el bolsillo, se estrelló en la cancha del modesto Valladolid (74-65), un club con apenas 3,5 millones de euros de presupuesto. De ganar en la cancha del Partizán a dejarse prácticamente todas las posibilidades de acabar la fase regular como líder. En apenas 72 horas. Así ha vivido el Madrid desde la llegada de un entrenador en cuyo palmares lucen cuatro Euroligas (2 con el Virtus de Bolonia y 2 con el CSKA) y una plata en un Eurobasquet con Italia.

La pasada temporada, la de su debut en España, apostó por la polivalencia y la veteranía. Transformó un equipo que había ganado la Liga y la ULEB en el 2007 en un grupo de veteranos de los que doce meses después apenas queda rastro. En su segundo intento, se desprendió de Hansen, Lavrinovic, Bullock y Kaukenas; y Garbajosa está sin ficha. Un segundo traje a su medida. Un equipo joven, con centímetros y en el que no parece haber sacado partido de la fortuna de encontrarse con la inesperada explosión de Mirotic o la rápida adaptación de Carlos Suárez.

Pero el Madrid asiste, como su entrenador, a un sobresalto continúo, incluso en 40 minutos: en Belgrado tenía arreglado el partido en el descanso y sufrió hasta el último segundo; ayer, en Valladolid, ganaba 9-2 y encajó un sonrojante 19-0 a continuación. Un día se pasea en Europa y otro gana al Valencia en la semifinal de la Copa con suficiencia, pero inmediatamente cae frente al modesto Valladolid o firmar la anotación más baja del Madrid desde 1965 (52 puntos en Valencia).

Messina, con una estudiada teatralidad, tampoco parece colaborar para que su equipo encuentre una línea regular. Vidal apenas cuenta, Reyes está desconocido, Velickovic pasa en segundos del brillo a la apatía y Sergio Rodríguez es el blanco de las iras del italiano, cuyos tiempos muertos tienden más a una bronca colegial que a la corrección táctica.