La crisis golpeó de lleno ayer al Real Madrid de baloncesto con la dimisión irrevocable presentada por el entrenador italiano Ettore Messina, disgustado con la actuación de su equipo en los últimos partidos y enfrentado con su plantilla, sobre todo desde que separó del equipo a Jorge Garbajosa después del fichaje invernal de Begic, un pívot serbio.
Aunque algunas fuentes aseguran que ya había amagado con la renuncia hasta en dos ocasiones e incluso hablan de una suculenta oferta a Messina procedente de un club de su país, el detonante fue la pésima actuación y la mala actitud de los jugadores en la derrota que el pasado miércoles encajaron ante el Montepaschi Siena (77-95) en la Euroliga. El equipo se dejó llevar y Messina pidió perdón por el rendimiento de sus jugadores, que ya tenían asegurado el pase a cuartos como líderes de grupo. Se enfrentarán al Valencia por un puesto en la final a cuatro continental.
«Hemos faltado al respeto a la gente, pido disculpas. Esto no puede volver a pasar. Es difícil de aceptar por la gente que compra una entrada y a lo mejor mañana se levanta a las siete de la mañana», espetó en una extraña conferencia de prensa en la que no aceptó preguntas.
La gran mayoría de jugadores estaban en contra de su técnico. Les pareció improcedente la marginación de Garbajosa y cuestionan determinados métodos del técnico como la forma de dirigirse a ellos en los tiempos muertos. Entienden que Messina sobreactúa en algunas broncas a sus pupilos cuando observa que hay alguna cámara de televisión encendida. En una reciente entrevista, un peso pesado como Felipe Reyes confesó que tiene la «autoestima por los suelos» y que la salida de Garbajosa afectó porque «es un hombre clave en el vestuario».
Desmotivado y mayor
El famoso preparador italiano formalizó ayer su dimisión de manera irrevocable al responsable de la sección, Juan Carlos Sánchez, al director, Alberto Herreros, y al director general del Real Madrid, Jorge Valdano. Les dijo que se encuentra desmotivado y mayor incluso para seguir con un reto así. Ya se la había comunicado a los jugadores en el mismo vestuario instantes después de finalizado el partido ante el Montepaschi Siena.
La entidad blanca intentaba reconducir la situación a última hora de ayer. Tras la renuncia de Messina después de tres derrotas consecutivas comenzaron a sonar con fuerza los nombres de posibles sustitutos. El técnico más deseado por el club es el seleccionador nacional Pepu Hernández. Trabaja en el Joventut, que precisamente jugará hoy frente a los blancos en la Caja Mágica (18.00 horas). La Penya se encuentra en proceso concursal y los blancos estarían dispuestos a pagar una importante cantidad por su fichaje.
Pero Pepu Hernández no es el único nombre en las quinielas para sustituir a Messina. También suenan con fuerza Moncho Monsalve, Aíto García Reneses, los balcánicos Bozidar Maljkovic, Alexander Djordjevic y Dusko Vujosevic, ex del Partizán y del CSKA de Moscú. Se suceden los ofrecimientos de técnicos porque, a priori, parece muy atractivo tener la oportunidad de dirigir a un equipo que todavía sigue vivo en Europa y que marcha segundo en la competición de la ACB.
De momento, Emanuele Molin, el ayudante de Messina desde hace más de diez años, se sentará hoy en el banquillo pese a que antes habían sonado como interinos el mítico Clifford Luyk y el veterano Tirso Lorente, que trabaja en el segundo equipo merengue. Después tendrán que resolverse las quinielas.