Todas las mañanas el periódico ofrece novedades que despiertan la atención y son temas para un posterior comentario. En unos casos, porque las noticias resultan inesperadas y en otros, porque aun sin significar un impacto, también sorprenden y remueven viejos recuerdos archivados a lo largo de los años. Uno de estos casos nos entristeció en la mañana de ayer, al conocer la muerte de Marquitos, un futbolista santanderino que jugó como titular del Real Madrid nada menos que 306 partidos a lo largo de la década de los 50.
Fue la nota triste de la mañana, al tiempo que la optimista nos la ofrecía La Voz de Galicia abriendo la sección deportiva con una información en la que Pedro Barreiros presentaba a Riki, Valerón y Gama como «El tridente fantástico del Dépor». Aceptado como inexorable, por el paso del tiempo, el fallecimiento de Marquitos, lo de «tridente fantástico», refiriéndose a la eficacia (?) goleadora de los tres jugadores blanquiazules, nos lleva a entender el calificativo cargado por el propósito de elevar todavía más el ánimo que se viene respirando en el ambiente coruñés. Y también buscando la manera de que el Deportivo se percate de que su eficacia goleadora (1,6 goles por partido) deja bastante que desear porque no refleja la normal eficacia que debería anotar un equipo líder. Esto último es un dato que conviene resaltar con ánimo de que el tridente, o quienes lo formen, se aplique a partir de ahora en este tramo final que bien podríamos decir que se iniciará en Guadalajara.
Tras unos días arrastrando unos problemas de cadera, Zé Castro se ejercitó ayer con el resto del grupo en una sesión en la que Pablo Álvarez completó con éxito su segundo entrenamiento consecutivo de la semana.
No estuvo tan afortunado Claudio Morel, que se retiró antes de tiempo al recibir el impacto de la rodilla de un compañero en un glúteo. No parece que revista mayor problema.