El primer Masters tras el adiós de Seve reúne una notable participación
03 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Con 23 años y cuatro días, Severiano Ballesteros pegó su historia para siempre a la de Augusta en 1980. Lideró el Masters del primer al cuarto día y se convirtió en el ganador más joven de la historia del torneo. El golf celebra desde el jueves (Canal + Golf) el torneo por primera vez desde la muerte del genial jugador de Pedreña, que vistió la chaqueta verde dos veces (1980 y 1983). Recibirá un homenaje durante la cena de los campeones de hoy, para la que el vigente ganador, el sudafricano Charl Schwartzel, eligió parrillada de su país.
Aunque la representación española será histórica e iguala la del 2003.
Cinco españoles se reunirán en el Masters, un dato que premia el buen momento del golf nacional. Con Chema Olazábal como capitán europeo de la próxima Ryder Cup, ninguno parte entre los principales favoritos, pero al menos tres de ellos, Miguel Ángel Jiménez, Sergio García y Álvaro Quirós, han sabido leer en otras ocasiones los secretos de un campo único como el Augusta National.
Cuatro años sin triunfos en EE. UU.
Junto a ellos, llega un debutante, Gonzalo Fernández-Castaño, el decimotercer español en pisar Augusta desde que Ángel Miguel abrió la representación nacional en 1959. Clasificado por terminar la temporada pasada entre los 50 primeros del ránking, entiende que al gran momento del deporte español solo le falta un grande. «Creo que necesita un major. No lo hemos ganado desde que Olazábal lo consiguió en el Masters de 1999. Creo que sería magnífico para nuestro golf, porque uno de los principales problemas a los que se enfrenta en España es su difusión», comenta al hilo de los triunfos en otros deportes como el tenis, el baloncesto, el ciclismo o la fórmula 1.
El golf español, pletórico en el circuito europeo, lleva casi cuatro años sin celebrar un título en Estados Unidos, desde que Sergio García ganó The Players en el 2008. «Un grande sería fantástico para que los jóvenes se fijasen en un nuevo ídolo como yo hice con Severiano o con Jose María», razona Fernández-Castaño.
El repóker español repite una circunstancia que ya se produjo en el último Mundial match-play, entonces con cinco jugadores entre los 64 elegidos. «Para un país pequeño, con solo 300.000 jugadores, es impresionante.», considera Fernández-Castaño.