Las apuestas del fútbol, que de un tiempo a esta parte crecieron como la espuma, apuntan con bastante tino las posibilidades que, en teoría, se vislumbran en cada uno de los dos equipos que aspiran a ganar. El Chelsea-Barcelona de anteayer fue presentado bajo un fuerte color azulgrana. Tanto que aquel aficionado que jugó por el 1-0 a favor del equipo inglés, embolsó 13 euros por uno apostado. La apuesta con igual tanteo pero favorable al equipo barcelonista hubiese recibido 7,50. La diferencia saltaba a la vista a la hora de jugarse el dinero, pero aún será mayor en el Camp Nou, el día 24, encuentro en el que a la condición de favorito del Barcelona no se le puede poner límite, entre otras cosas porque la distancia de clase y poderío entre uno y otro son enormes, futbolísticamente hablando. Aquí salta la permanente duda: hablamos de fútbol, en donde la sorpresa asoma por cualquier esquina. Por cierto, el Barcelona cayó en Londres después de 15 partidos consecutivos sin perder, con solo un empate (0-0) en San Siro.
Una parte de todo esto está por llegar. Mañana mismo, otro duelo en la cumbre del fútbol que nada tiene que envidiar a los de la Champions ni Europa League. Nos referimos al Barcelona-Madrid. Y el domingo, ya en casa y en aquel antiguo horario de la misa de 12, Deportivo y Elche disputarán en Riazor su partido de Liga. Antes, porque jugará el sábado, el Celta ya se habrá visto las caras con el Hércules, en Alicante.
Los aficionados gallegos siguen al día el fútbol de élite, sin olvidar a sus equipos. Faltaría más?