Pusieron en riesgo sus vidas

Guillermo Debén

DEPORTES

05 feb 2013 . Actualizado a las 12:21 h.

Resulta sorprendente conocer las circunstancias que rodeaban las transfusiones de sangre de la operación Puerto, ya que el procesamiento de la sangre es una práctica médica que está extremadamente regulada incluso con reales decretos recogidos en el BOE.

La autotransfusiones un método habitual en medicina para ciertas intervenciones quirúrgicas, pero incluso en esos casos, las precauciones son máximas para evitar transmisiones de enfermedades. El marco legislativo es muy garantista e insiste en eliminar toda posibilidad de error humano. Por eso, hasta los modelos de las neveras, su capacidad y la obligación de un sistema de seguridad de abastecimiento eléctrico están regulados por ley.

El escenario descrito por la Guardia Civil significa que se ha puesto en grave peligro las vidas de los donantes-receptores de la sangre, por múltiples razones. El entorno insalubre, el almacenamiento, traslado y temperatura inadecuados. La sangre degradada no sirve para su función y tiene todas las posibilidades de producir un fracaso renal o cualquier otro tipo de complicaciones.

La sangre en mal estado es el mejor caldo de cultivo para las bacterias. Puede transmitir enfermedades bacterianas graves que pueden provocar el fallecimiento del paciente en cuestión de minutos, como si de una bomba atómica de bacterias se tratase. Hay que decir que todo ello es poco frecuente en el manejo normal de la sangre en un centro hospitalario adecuado. Todo, sin siquiera comentar la posibilidad de que se haya hecho con la intención de hacer trampa en el deporte.

Guillermo Debén Ariznavarreta es hematólogo en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña