Guardiola busca respuestas tras su primer revés al frente del Bayern de Múnich

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DEPORTES

WOLFGANG RATTAY

La derrota ante el Borussia Dortmund en la Supercopa de Alemania pone alguna nube en el horizonte del entrenador

28 jul 2013 . Actualizado a las 23:25 h.

Pep Guardiola tiene menos de dos semanas para encontrar respuestas. La derrota de su Bayern Múnich en la final de la Supercopa alemana ante el Borussia Dortmund, el estreno oficial del técnico catalán en Alemania, abre una serie de preguntas ante el inicio de la Liga el 9 de agosto.

En la rueda de prensa posterior al partido en Dortmund, en la que apareció con el entrenador rival, Jürgen Klopp, Guardiola pareció por primera vez desbordado. Apenas entendió las preguntas de la prensa en alemán o las bromas de un sonriente Klopp, que se acicalaba un cabello aún pringoso por el confeti y una ducha de cerveza a la que le sometieron sus jugadores en los festejos. Guardiola no tenía ganas de hablar y su consuelo fue poder refugiarse junto a su mujer y sus tres hijos, que se desplazaron expresamente a Dortmund para apoyarlo. Hasta entonces no se había dejado ver en Alemania la familia de Guardiola desde el 24 de junio, día de la presentación del español como nuevo entrenador del Bayern.

«Vamos a corregir nuestros pequeños errores», se limitó a comentar el técnico. Pero la presión sobre su figura, rodeada por una expectativa inusitada tras el histórico triplete logrado por el Bayern Múnich la temporada anterior, sin duda aumentó con la derrota en el primer título que se jugaba. Tal vez por eso Guardiola dio descanso a sus jugadores titulares, pero él siguió dirigiendo un entrenamiento con los suplentes en cuanto regresó a Múnich. «Dedicarme a trabajar. Trabajar mucho. Es lo único que sé hacer bien», justifica el entrenador catalán.

Guardiola no ve síntomas de alarma en el equipo, que venía de hacer una brillante pretemporada, pero sí le preocupa encontrar nuevas respuestas a dos semanas del inicio de la Bundesliga. Hasta ahora está satisfecho con cómo lo protegió la directiva del Bayern, pero es consciente de que acaba de llegar a un entorno nuevo y que para hablar de auténtica sintonía con el club aún tienen que probarse las diferentes reacciones que tendrán en las victorias y las derrotas todos los estamentos del campeón alemán.

El Bayern inicia la nueva edición de la Bundesliga el 9 de agosto recibiendo al Borussia Mönchengladbach. La derrota del sábado en Dortmund, a pesar de que dos de los cuatro goles encajados por el campeón de Alemania y Europa llegaron por errores individuales, evidencia cuánto trabajo le espera a los muniqueses para solucionar los problemas desnudados por su máximo rival. Antes del partido, la pregunta que se hacía la Alemania futbolística era si realmente habría alguien que pudiera parar a un Bayern Múnich que, más allá del triplete de la temporada pasada, sumó estrellas como el alemán Mario Götze, el español Thiago Alcántara o el mismo Guardiola. «Probablemente el Bayern no perderá la próxima temporada ningún partido. No se ve un final de su dominio. A la larga, esto es insano incluso para el Bayern», había analizado el veterano técnico alemán Felix Magath en una entrevista con el diario Abendblatt antes de la disputa de la Supercopa.

Guardiola se tomó la derrota con filosofía. «Soy joven y tengo muchas cosas que aprender. Por eso vine a Alemania», admitió el sábado. Una de las primeras cosas que deberá aprender el técnico es cómo contrarrestar el sistema de presión del Dortmund de cara a los próximos duelos. Guardiola quiere dominar los partidos añadiendo un jugador al medio del campo, pero el conjunto de Klopp demostró saber cómo evitar las triangulaciones de los centrocampistas del Bayern. Jugadores del campeón alemán como Toni Kroos o Thomas Müller apenas encontraron su sitio entre líneas.

También debe encontrar acomodo Guardiola para el croata Mario Mandzukic, vital como delantero centro la temporada pasada y ahora más requerido en intercambios de posición hacia la banda. Guardiola sacudió tácticamente al Bayern de Múnich en pretemporada para transmitir sus ideas ofensivas del juego. Ahora, además, lo deberá hacer reaccionar. Con más presión y con menos tiempo por delante.