
Matthias Sammer y Uli Hoeness se enzarzaron en un cruce de declaraciones a propósito del nivel del equipo
16 sep 2013 . Actualizado a las 20:25 h.Dos de los principales dirigentes del Bayern Múnich, Matthias Sammer y Uli Hoeness, se enzarzaron en un cruce de declaraciones a propósito del nivel del equipo de Pep Guardiola, que el martes debuta en la Liga de Campeones.
Hoeness, presidente del club, llamó al orden a su director deportivo, Sammer, por las críticas vertidas contra el plantel tras un deslucido triunfo de 2-0 sobre el Hannover el sábado pasado. «Parece como si de cinco partidos hubiéramos perdido tres y empatado dos», sostuvo Hoeness en declaraciones al diario Bild. «Entiendo que Matthias quiera poner el dedo en la llaga. Pero no veo que tengamos una llaga».
El Bayern lleva cuatro partidos ganados y uno empatado en la liga, donde está segundo detrás del Borussia Dortmund. Pero las numerosas bajas por lesión, el ingreso tardío a la pretemporada de algunos jugadores y la adaptación del equipo al nuevo sistema de Guardiola lo han despojado del brillo que lo llevó a conquistar el triplete. Sammer reaccionó irritado el sábado y criticó con inusual dureza la falta de «emoción» en el equipo y la tendencia a relegar todas las responsabilidades en Guardiola.
«Todos tienen voluntad, no es una cuestión de falta de voluntad. Pero en determinados momentos del partido no pusimos emoción. Tenemos que salir de esta comodidad y motivarnos mutuamente», añadió el Sammer. El arremetió también contra el «revuelo mediático» que generó la figura de Guardiola y el riesgo de que el resto del club se sienta menos comprometido con la búsqueda del éxito. «Pep por aquí, Pep por allí, Pep para arriba, Pep para abajo... Y eso nos parece a todos tan bien que decimos: 'Qué bien, todos tenemos un poco menos de responsabilidad'», lamento el director deportivo.
Guardiola, por su parte, se mostró despreocupado por el cruce de opiniones. «Lo más importante es que los jugadores hagan lo que digo», dijo el entrenador del Bayern de Múnich, que no se mostró sorprendido de que los directivos bávaros expresen en público sus opiniones. «Me tengo que adaptar a ello».