El Obradoiro se queda sin sus torres gemelas

M.G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

26 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Dice una de las leyes de Murphy que si algo va mal, siempre es susceptible de empeorar. Hasta el sábado, pasadas las nueve de la noche, al Obradoiro todo le iba sobre ruedas. Estaba a un paso de enlazar su quinta victoria consecutiva y, de repente, una de las piezas maestras en el engranaje del equipo, el veterano Oriol, cayó mal sobre la rodilla derecha y a la afición se le encogió el corazón. En plena digestión del susto, sin tiempo a que pasasen siquiera 48 horas, llegó otro sobresalto. Los Atlanta Hawks llamaban a la puerta de Mike Muscala, el jugador más valorado del equipo. Y no era un gesto de cortesía sino un reclamo al que el pívot no podía decir que no. En apenas 48 horas, la hinchada del Obra ha pasado de empezar a hablar del sueño del play off a quedarse sin sus dos cincos, sin sus torres gemelas, como lo fueron en su día Ralph Sampson y Hakeem Olajuwon en los Houston Rockets.

La avería es de notables proporciones, a la vista de los números firmados entre ambos en estas cinco victorias del tirón: Murcia, 28 puntos y 16 rebotes; Bilbao, 19 y 9; Tenerife, 35 y 15; Manresa, 36 y 17; y Joventut, 28 y 8.

El club está ya manos a la obra en busca de un relevo para Muscala. Y se plantea un plazo de entre diez y quince días para ver la evolución de Oriol Junyent. Los médicos estiman que hay que dar ese margen para calibrar si el pívot catalán podrá volver a las pistas antes de que termine la temporada.

Así las cosas, la visita de este fin de semana a Gran Canaria se presenta como un desafío a la ortodoxia y un ejercicio de supervivencia. Kaspars Berzins todavía no está en condiciones de aguantar una minutada. Micky Stobart ya estaba teniendo más presencia en el equipo desde la marcha de Minnerath. Y queda Mario Delas, que en los últimos partidos se cargó muy pronto de personales, para completar el juego interior.

Todo apunta a que Pumprla alternará su demarcación habitual con la de cuatro. Y a poco que sigan cayendo faltas en entre los pívots, como en las últimas jornadas, quizás no llegue con adaptar al alero checo.