Estaba claro que las opciones del Obra en este partido pasaban por llevar el enfrentamiento a un marcador muy bajo. Era la forma de tener posibilidades de sorprender en la pista de uno de los mejores equipos de la Liga Endesa.
Pudimos ver una primera parte en donde la concentración defensiva y los ataques largos, castigando las debilidades del Valencia Basket, mantuvo el choque en diferencias muy cortas. El Valencia, negado en el acierto exterior y con el MVP Doellman en números poco habituales, se mantuvo en el partido gracias a su fondo de armario. Por contra, el Obradoiro, muy castigado por las faltas personales, sobre todo en el juego interior, estuvo en el partido gracias al acierto de Rafa Luz y Delas, con apariciones de Corbacho y Peterson.
En el cuarto definitivo, el Valencia se fue de nueve puntos. Lo hizo gracias, ahora sí, a la inspiración exterior. Parecía que el partido se acababa, pero otro parcial de los santiagueses colocó al Obra a un solo punto, con dos minutos todavía por jugarse.
Entonces, en mi modesta opinión, llegó la acción clave del encuentro con los pasos de Berzins... Si se señalan esos pasos, apaga y vámonos... A partir de ahí, varias decisiones desafortunadas, tanto en los jugadores del Obra, con poca claridad en la lectura del juego, como en el trío arbitral, privó a los de Moncho Fernández de conseguir una victoria que por pequeños detalles se escapó. Pese a todo, me gustó mucho el equipo, que dio la cara en una situación muy difícil.
Con todo esto, tengo la sensación de que a este equipo todavía le quedan muchas cosas que decir esta temporada en la liga ACB.