Nada es para siempre

Luis César

DEPORTES

14 abr 2014 . Actualizado a las 11:51 h.

No sé si un tropiezo como el del Barcelona frente al Atlético de Madrid o ante el Granada llega para hablar de fin de ciclo. Ahora, si me preguntan si este Barça es peor de lo que era hace cuatro años, la respuesta obvia es que sí. Lo es porque lo son sus principales jugadores. Puyol, trascendental en la defensa del equipo, ya no está; a Xavi le cuesta más que antes aguantar el ritmo de los partidos; Iniesta quizás tampoco sea el mismo; y Messi no se parece en nada a aquel jugador voraz que arrasaba en cada terreno de juego que pisaba, el argentino ha quedado para partidos puntuales. Quizás me equivoque, pero no lo veo manteniendo su competitividad durante muchos años más. Con su juventud tiene una forma de trotar que recuerda a la de un veterano de treinta años.

Y es que en el fútbol, como en cualquier deporte, resulta terriblemente complicado mantener viva la motivación en un grupo que lo ha ganado absolutamente todo, que ha llegado a la cima tantas veces. Y hay una máxima en la vida que dice que si uno se estanca, que si no continúa mejorando, siempre empeora. Eso le está pasando al Barcelona. Además, hay gente que viene empujando por detrás y que sueña con conquistar lo que para el Barcelona hubo un tiempo en que se convirtió en rutina. Solo hace falta ver las ganas que le pone a todo el Atlético de Madrid, que tiene al alcance una Liga que el Real y el Barça solo ceden de manera puntual.

¿Fin de ciclo? No lo sé. Pero está claro que nada es para siempre. Le sucede hoy a los azulgrana, pero le pasará también mañana a la selección española, como antes ya le ocurrió al Milan de Fabio Capello o al Real Madrid de la Quinta del Buitre. Los altibajos en el deporte como en la vida son inevitables.