El Obradoiro retirará la camiseta de Oriol

M.G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

Álvaro Ballesteros

El pívot tendrá que pasar por el quirófano y no formará parte del proyecto para el nuevo curso

03 jun 2014 . Actualizado a las 12:19 h.

Oriol Junyent es la primera baja confirmada del Obradoiro 14/15. En los últimos cuatro veranos volvió a Santiago para estampar su rúbrica, en el que se avecina ya no será posible repetir. Lo intentó todo para sortear el quirófano después de la lesión que sufriese en su rodilla izquierda en el partido ante el Joventut, pero ha sido en vano y tendrá que ser operado. Entre la intervención y la rehabilitación, no podrá jugar en lo que queda de año y ese imperativo conduce al punto y final de un lustro de éxitos para el club y para el pívot.

El capitán ha dejado huella. Y la entidad se lo reconocerá retirando la camiseta con el número 15, para que luzca por siempre en lo alto del pabellón al lado del dorsal 4 de Bernard Hopkins.

Oriol Junyent tuvo un paso fugaz por el Obradoiro de Curro Segura. Se fue sin acritud y sin lamentaciones, requerido por el Zaragoza. A orillas del Ebro conquistó el ascenso y dijo sí a la propuesta santiaguesa para volver a orillas del Sar, aunque fuese en la LEB. En el Multiusos firmó otro ascenso, y esta vez se quedó.

Disputó buena parte del curso con el menisco dañado, y cuando pudo poner pie a tierra para pasar por el quirófano, una vez atada la permanencia, descubrió que en esa rodilla, la derecha, no tenía ligamento cruzado.

Se recuperó y volvió para formar parte del mejor Obradoiro de la historia, en el que Mejri, Kendall y Hummel acaparaban el brillo en la pintura y él ajustaba el balance.

Esta temporada le tocó acaudillar el juego interior más joven, rodeado de veinteañeros. Y cuando se lesionó estaba firmando números y expedientes de primer espada.

A Oriol Junyent se le podría aplicar lo que en su día dijo Maurizio Gherardini, mánager general de los Toronto Raptors, cuando fichó a Jorge Garbajosa: «Es el mejor pegamento posible para un equipo».

Quizás no sea casualidad que a su lado Lasme se catapultase hacia el Panathinaikos, Kendall al Alba Berlín, Mejri al Madrid, Hummel a Minnesota, Muscala a Atlanta... Oriol pertenece a esa estirpe de jugadores que saben descifrar el baloncesto y entienden que el éxito está en el colectivo. Como Hopkins, otro elegido para la historia.