«Una lesión así viene sin llamar a la puerta y sin libro de instrucciones»
DEPORTES
Sigue compitiendo tras el accidente que lo dejó parapléjico en el año 2007
14 jun 2014 . Actualizado a las 18:27 h.La competición era su mayor objetivo hasta que una piedra se cruzó, literalmente, en su camino. En el 2007, Isidre Esteve (Lleida, 1972), vio como sus sueños se rompían tras un accidente que le dejaba en silla de ruedas mientras disputaba con su moto el II Rally TT Ramblas de Huércal Overa en la Baja Almanzora. Lejos de tirar la toalla, el piloto da nombre a una fundación y ha creado el cojín inteligente, además de contar con dos autobiografías en el mercado. El domingo organiza junto a la playa de O Vao la jornada solidaria «Coruxo Móvese», una gran fiesta donde se darán cita todas las personas que se inscriban en la web http://facilinscripcion.com/coruxo-movese/.
-¿Ve los logros que ha conseguido tras la lesión de forma diferente a los anteriores?
-He podido competir a gran nivel diecisiete años. Cuando me levantaba por la mañana, mi gran objetivo era entrenar para ganar. Ahora estoy compitiendo a nivel nacional. Vamos primeros en la categoría de buggies y quintos en el Campeonato de España. Quiero volver a correr al Dakar. También ayuda que el motor es un ejemplo de lo qué es la inclusión en el deporte. Aunque se padezca una discapacidad, existen ayudas tecnológicas que permiten competir en igualdad de condiciones. No se depende de una federación de deporte adaptado y corremos en una misma categoría.
-¿Qué fue lo que sintió la primera vez que se subió a un coche de competición tras el accidente?
-Que no había pasado nada. Me reencontré con mis compañeros y, al terminar, me vi en la clasificación en la misma tabla. Era una sensación espectacular. Eso sí, cuando pinchamos, yo no me bajo del coche. Mi compañero hace todo y yo le doy ánimos.
-¿Qué le ha enseñado la lesión?
-A nivel personal ha habido un crecimiento. Uno crece a través de las experiencias. He vivido muchas en poco tiempo y demasiado duras. Sin embargo, el Dakar de África me enseñó más. Me hizo mejor persona y más tolerante. Conocí diferentes culturas. Después del accidente, todo lo vivido me ayudó a superarlo. Antes, mi objetivo era únicamente entrenar más para ganar. Cuando tienes un único objetivo en la vida y un día no salen bien las cosas, todo es un desastre.
-¿Cómo fue el período que pasó en el hospital?
-Fue uno de los peores de mi vida. Nadie está preparado para afrontar una lesión como esta. Es algo que uno cree que solo le sucede a los demás. Cuando llega, viene sin llamar a la puerta y sin libro de instrucciones. Desde hace unos años, ya he dejado de pensar en cómo serían las cosas si no hubiese sucedido todo.
-¿Cómo definiría el deporte?
-Es un estilo de vida. Es una escuela de valores: el compromiso, el esfuerzo, el trabajo en equipo, el sacrificio? esto hace a una persona.
-Uno de sus libros se titula «La suerte de mi destino», ¿cree en él?
-El destino se labra. En la vida hay cosas que no controlamos y otras que sí. No podemos echar toda la culpa al destino ni decir que no existe. Los condicionantes de una vida marcan una traza, pero lo bien que se navegue llevaran por un camino u otro.
-¿Se siente un ejemplo de superación?
-No. Nadie tiene derecho a pretender serlo. Todo el mundo tiene problemas y, para ellos, son los más importantes. Hago lo que creo y si sirve de motivación, magnífico.
-¿Cuál es el objetivo que se ha marcado en la vida?
-Ser feliz es mi mayor objetivo. La vida son cuatro días. Voy a intentar disfrutar y hacer lo que más me gusta. Cuando no pueda, seguiré intentándolo.
Isidre Esteve compagina su pasión, la competición, con su faceta de conferenciante. Organiza diversas jornadas solidarias a través de su Fundación y está a punto de lanzar al mercado el cojín inteligente.
-A finales de año se lanzará el cojín inteligente, ¿cómo mejorará la calidad de vida de las personas con discapacidad?
-En el Dakar del 2009, padecí dos úlceras por presión en la zona de los isquios por estar tantas horas en el coche. Estuve año y medio bocabajo. Cuando me rehice, dije: «¡Dios, padecer una úlcera por presión es peor que la lesión medular!». El aislamiento social fue grande. El médico me dijo que no podía pasar más de ocho horas sentado. El cojín busca que puedas estar el doble de horas sentado. Tiene que aportar calidad de vida y tranquilidad.
-Vigo y Barcelona cuentan con un Centro Puente. ¿En qué consiste?
-Durante la rehabilitación encontré compañeros que no querían el alta. Tenían miedo de afrontar el día a día. Junto a Lidia, directora de la fundación y mi pareja, planteamos un espacio que hiciera de puente entre el final de la rehabilitación y la normalización. A través del deporte ayudamos a la integración social. Coinciden con otras personas y les sirve para sociabilizarse. El Centro Puente pretende ayudar a que descubran sus otras habilidades.
-Ha colaborado con el proyecto «Ve a por tus sueños» del exportero del Barcelona José Manuel Pinto.
-Es un proyecto solidario en el que los beneficios irán a una Fundación que intenta hacer más felices a los niños de los hospitales. José Manuel Pinto es una bellísima persona. Me dijo que tenía que grabar un vídeoclip, ya que él es productor musical. La verdad es que no lo había hecho nunca, pero yo por los niños, hago lo que haga falta.