
La renuncia de Mediaset a emitir los partidos del Mundial, salvo los de España, sienta como un jarro de agua fría entre jugadores, Federación y aficionados
31 ago 2014 . Actualizado a las 18:52 h.España es un país de fútbol. Sin discusión. Las cuitas por el último peinado de Cristiano Ronaldo pueden acaparar cien veces más atención mediática que la hazaña de un deportista hispano de cualquier otra disciplina. El mundillo del básket español tiene interiorizada esta coyuntura desde hace años, pero confiaba en que la celebración de un Mundial en casa invirtiese esta tendencia por unos días, ahora que la Liga de fútbol no ha hecho más que empezar. El caso es que el maltrato al que Mediaset ha decidido someter a la competición ha desatado una polvareda que ha sido trending topic en el país y de la que todo el mundo habla en Granada, la sede del grupo A en el que compite la selección de Juan Antonio Orenga.
Pese a que el grupo que posee los derechos de emisión del Mundial en España tiene seis canales en activo (Telecinco, Cuatro, Energy, Boing, Divinity y FDF), en la jornada inaugural se limitó a emitir el partido de España contra Irán y el de Estados Unidos contra Finlandia, este en una franja de tanta audiencia como las dos de la madrugada pasada. Y eso pese a que en el calendario aparecían duelos muy atractivos para los amantes de este deporte: Brasil-Francia, Eslovenia-Australia, Argentina-Puerto Rico...
El desplante ha sentado como un jarro de agua fría entre los jugadores de la selección, la Federación y por supuesto los aficionados, que ayer volcaron toda su ira contra la cadena en las redes sociales. La opinión de la plantilla quedó de manifiesto con sendos twitts de Pau Gasol y Ricky Rubio en los que lamentaban la escasa cobertura de la competición. Es especialmente significativo el de la nueva estrella de los Bulls, un jugador muy respetuoso siempre con los medios de comunicación que en esta ocasión ha decidido tomar cartas en el asunto.
El sentir de los jugadores
El sentir de los jugadores es de desaire. Poco antes de empezar el encuentro de ayer contra Irán, uno de ellos le contaba a La Voz cómo procesa el vestuario toda esta polémica: «Es un feo grande, la verdad; tú piensa que Italia va a emitir todos los partidos de la primera fase... ¡Y eso que no está clasificada para el Mundial!», se lamentaba.
La Federación Española no se ha pronunciado oficialmente, pero entre bastidores, el malestar es más que evidente. «Hemos trabajado duramente durante años para organizar esta competición»; y ahora se encuentran en esta tesitura. En Granada todos recuerdan la cobertura que La Sexta hizo del Mundial de Japón en el 2006, y en sus diatribas hoy, menos bonito, Mediaset recibe calificativos de toda índole. «La verdad es que esperábamos otra cosa», argumenta un miembro del equipo directivo.
«Esperábamos otra cosa»
Uno de los periodistas especializados en básket más reputados del país resumía lo que está aconteciendo de la siguiente forma: «No creen en el producto». Pedía anonimato ?«esa no es mi casa así que no debo decirle a nadie cómo debe hacer su trabajo», pero reconocía que esta polémica le hace daño al deporte de la canasta. Su tesis, como la de varios compañeros por estas latitudes, es que Mediaset compró los derechos del Mundial sin demasiada convicción únicamente con la esperanza de subirse al carro de un equipo que ha dado ya unas cuantas alegrías en estos años.
Para las gentes del básket, sin embargo, la sensación principal es la de oportunidad perdida. El agente de una de las estrellas de este torneo lo explicaba con meridiana concisión: «Este tipo de competiciones captan chavales, hacen que el deporte crezca. Los niños ven baloncesto en sus casas, aprenden a disfrutarlo, y eso lo notan después los clubes porque ganan licencias». Sin tele, el Mundial es menos Mundial...