Con alma de piloto de ralis

Miguel Álvarez LUGO / LA VOZ

DEPORTES

Alberto López

El extremo tinerfeño Iriome colabora con Pedro Burgo en la búsqueda de financiación

11 mar 2015 . Actualizado a las 19:12 h.

Es uno de los jugadores más en forma del Lugo -es el pichichi rojiblanco con cinco dianas-. Pero, aparte del fútbol, Iriome González posee una pasión: los deportes de motor. Desde que llegó a la ciudad de la muralla, entabló amistad con Pedro Burgo. Y, en esa relación, se han abierto puertas para ambos.

Iriome explica que «me gustan los ralis y conocí a Pedro al principio de temporada. Me comentó que nunca había competido en Canarias. Yo conozco a varios empresarios allí y he intentado echarle una mano para abaratar costes de desplazamiento».

Burgo se encuentra ahora en las islas, donde competirá por primera vez en su dilatada carrera deportiva el fin de semana. El objetivo es, además, aclimatarse a las condiciones que podría vivir en el Rally de Adeje, el primero del calendario nacional, que se celebrará a mediados de abril en Tenerife.

Pero, además de su amistad con el piloto lucense, Iriome reconoce que su afición por los deportes de motor se remonta a su infancia: «Mi padre compitió una temporada con un Alfa Romero. Hizo alguna subida y, además, nos llevaba a mi hermano y a mí a ver las pruebas».

OSCAR CELA

En cuanto a marcas, reconoce que «los Porsche -el actual coche de Burgo- no me gustaban, pero ahora estaré de su parte en el campeonato». Tampoco el Mitsubishi Lancer, el anterior vehículo del piloto lucense, le atrae demasiado a Iriome, que se confiesa seguidor de Subaru. «Tuve uno, pero cuando tuve a mi hijo lo cambié porque se hacía muy pequeño», explica.

Amante del automovilismo, Iriome no cierra las puertas a probarse en el mundo de los ralis en el futuro: «Siempre me ha llamado la atención, pero es un hobby prohibido por el tema del fútbol. Ahora no es el momento, porque aumentaría el riesgo de lesión. Pero, cuando me retire, me gustaría hacer algo como una subida en la isla». «Tengo curiosidad por saber cómo se siente desde dentro», agrega.

Parece que aún queda mucho tiempo antes de que Iriome se ponga al volante de un coche de competición. Pero ya mira de reojo hacia el futuro: «Prefiero ser piloto, porque, como copiloto, hay que confiar mucho en el compañero. Y, además, creo que me marearía leyendo las notas».

Otro de los deseos de Iriome es acompañar en la cabina a Pedro Burgo en algún entrenamiento. Una situación que se demorará, porque el jugador está inmerso en la temporada futbolística. Si bien, asegura que el Porsche del lucense «impone desde dentro».

El pasado domingo, Iriome acompañó a Pedro Burgo durante la presentación que este realizó de su equipo en Sarria. Ahora, seguirá desde la distancia las peripecias del piloto en el Campeonato de España. «Será complicado asistir a alguna prueba, porque tengo todos los fines de semana ocupados», indica.