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Con la muerte de Dani Rivas y Bernat Martínez, el número de pilotos españoles muertos en competición aumenta a ocho en los últimos 50 años
21 jul 2015 . Actualizado a las 02:01 h.Dani Rivas no es el único piloto gallego que ha fallecido en el mejor momento de su carrera. Antes que él, el legendario López Mella y José María Martín Vázquez, vieron también truncadas sus exitosas vidas por un inesperado accidente.
Si ha habido un piloto de motos que ha dejado huella en Galicia, ese es Juan López Mella. Este lucense, nacido en el 65, dejó un recuerdo imborrable en los aficionados al motociclismo, no sólo por su forma de pilotar, sino por su manera de ser. López Mella fue siempre humilde, nunca se creyó por encima de nadie, y demostró que ponerse un mono de piloto no te hace olvidar de donde vienes. Sin embargo, el destino fue injusto con el conocido piloto y, cuando estaba en lo mejor de su carrera, sufrió un desgraciado accidente que acabó con su vida.
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El de Lugo comenzó sus experiencias con el motor haciendo motocross, aunque a la edad de 18 años daría el salto a las motos de carretera, encima de una vetusta Ossa de 250, con la que correría en la Motociclismo Series y en el Criterium Solo Moto. Este último, por aquellos años, se celebraba en circuitos urbanos, siendo el polígono de Ceao, en Lugo, uno de los trazados de la competición. A bordo de aquella moto pintada de blanco con los colores de Leche Ram, López Mella se ganó el respeto de todos, al clasificarse segundo en el Criterium.
A partir de ahí, su carrera no paró de crecer, junto a una fama de piloto rápido y espectacular. En el 87, corrió el Campeonato de España de 250 c.c, con el apoyo de New Balance, al mismo tiempo que corría en superbikes. Un año después, una leyenda como Angel Nieto lo citó para realizar una prueba junto a Puig y Múñoz, con un asiento para el mundial de 250c.c en el equipo Cardús en juego. Pero antes de esa prueba Mella sabía con certeza que Nieto quería a Puig en su equipo, lo que acaba confirmándose, y el gallego tuvo que esperar su oportunidad. A pesar de este revés, Mella no se rindió y corrió otra vez el Campeonato de España de 250, sobre una Honda de la Escudería Castro. En 1989, con ayuda económica de la Xunta de Galicia, cumplió su gran sueño, y debutó sobre una Honda, en el Mundial de 500 c.c. La carrera, en Jerez, resultó una grata experiencia, y el piloto gallego consiguió puntuar. Esa temporada terminaría el mundíal con cuatro puntos.
Ya en la década de los 90, destacó por sus victorias en los campeonatos de de Superbikes nacionales, además de volver al mundial de 500 c.c, montado en una Roc patrocinada por Nivea en una primera ocasión, y posteriormente en 1993 en una Yamaha, después de que sus amigos de Motor Club Toxos Trail de Lugo abriesen una suscripción popular para que la gente aportase dinero con el fin de que Mella pudiese volver a la máxima competición de motociclismo. Para el recuerdo quedará aquella frase en su moto «a la mejor afición...gracias», o su gran carrera en Jerez, donde levantó a la grada española con su lucha por entrar en los puntos. En 1994, como si fuese un reconocimiento a su gran carrera, tuvo la oportunidad de probar la Suzuki de Schwantz, moto que dominaba el mundial en aquel momento.
Tras iniciar el Mundial de Thunderbikes, con una buena carrera en Jérez, Lopez Mella moría en un accidente de tráfico mientras se desplazaba a Catalunya.
Pero si triste es la historia de Lopez Mella, no se queda atrás la de Jose María Martín Vazquez. Este coruñés fue también un reputado piloto, y su vida se vio truncada por un desgraciado accidente de globo. Desde los 90 había centrado su vida en las motos, ahorrando e invirtiendo dinero en ellas. Durante años, se recorrió circuitos y circuitos con la única idea de conseguir vivir del motociclismo. Por el camino sufrió muchos contratiempos, como un accidente en Checoslovaquia en 1999, que casi termina con su vida.
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Antes de su muerte, estaba intentando sacar adelante una firma publicitaria y se mostraba ilusionado, según dijo su representante tras su fallecimiento, con una carrera que tenía en Mayo: el mundial de la copa BMW en Le Mans. Curiosamente, tuvo que retrasar el inicio de los entrenamientos por este viaje en globo, que finalmente, terminaría con su vida.
El globo en el que viajaba con otras dos personas chocó con la chimenea de un Instituto de A Coruña, lo que provocó un fallo en los quemadores de la nave, que hicieron que el globo ardiese. Los protagonistas, al ver la situación, saltaron desde una altura de 20 metros, llegando a hacerlo en llamas uno de ellos. Finalmente, los tripulantes murieron a causa de la caída.
En su entierro estuvieron presentes diferentes personas relacionadas con el mundo del motor. Todos coincidían en dos cosas. «Era un hombre muy valiente, con mucho coraje» y «Tantas veces se jugó la vida en un circuito, y ha muerto de la manera más absurda».
Ocho pilotos españoles muertos en competición los últimos 50 años
Por otra parte, según informa hoy Efe, el número de pilotos muertos en competición en España en los últimos 50 años, con el fallecimiento de Dani Rivas y Bernat Martínez, ha aumentado a ocho.
En 1965, Ramon Torras, piloto del Mundial de 250, falleció cuando encabezaba una carrera de 125 c.c en la localidad tarraconense de Comarruga, en la que participaba para probar su Bultaco, de cara al Turist Trophy. Cinco años después, Santiago Herrero perdió la vida dos días después de sufrir un gravísimo accidente en el Tourist Thorphy de la isla de Man. En el 90 falleció Javier Moreno (Yamaha 600) quien, tras caer en la lenta curva Dry Sack del circuito de Jerez durante la prueba de Fórmula-2 del Campeonato andaluz, fue arrollado por el piloto que le seguía cuando intentaba incorporarse. Murió en la mesa de operaciones del hospital jerezano.
En los últimos diez años, el número de fallecidos en competición ha aumentado. Tras quince años sin víctimas, en Enero de 2005, El motociclista José Manuel Pérez, «El Carni», murió minutos después de ingresar en el hospital de Alicante, centro al que había sido trasladado desde Dakar una vez que fue intervenido de una caída grave, sufrida el 6 de enero en la etapa entre Zquerat y Tichit, en la que se le extirpó el bazo y un riñón. En Octubre del año siguiente, Rubén Torres murió al verse involucrado en una caída múltiple en la primera curva de la quinta carrera de Supersport del Campeonato de España de Velocidad, disputado en el Circuito de Montmeló, en Barcelona. Un mes más tarde, José María Sánchez Kaiser falleció tras sufrir un accidente en el circuito de velocidad La Guía de Cartagena (Murcia) cuando participaba en la carrera de motos clásicas de la Copa Deccla