La renovación no va con Villar

francisco pastor REDACCIÓN / COLPISA

DEPORTES

MORELL | Efe

La FIFA, a punto de aprobar una limitación de mandatos que él no está dispuesto a aplicarse a sí mismo

03 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La presión de los patrocinadores y de la Justicia sobre la FIFA ha llevado al organismo que rige el fútbol mundial a catalizar modificaciones en la forma de gestionar el ente, unas modificaciones encaminadas a erradicar la corrupción que parece haber echado raíces en su cúpula. Entre ellas, la comisión de reformas, liderada por François Carrard y que está reunida estos días, propone la limitación de mandatos a 12 años. Esta idea, que en principio se veía con buenos ojos, ha chocado de frente con la oposición de altos cargos de la FIFA como el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, quien lleva al frente del fútbol español más de dos décadas.

De hecho, fuentes de la federación española se apresuraron ayer a comentar para la cadena Ser que la medida solo estaría pensada para cargos internacionales, es decir, no afectaría a Villar y, además, no tendría carácter retroactivo. Es decir, se empezaría aplicar después de su aprobación y los dirigentes como Villar dispondrían de 12 años más -si así lo decidiesen quienes los eligen- para perpetuarse en el poder.

No es la primera vez que los intentos de dar transparencia y buen gobierno a la organización encuentran la máxima oposición en el seno de la FIFA. «Ningún comité independiente, investigador o panel de arbitraje puede cambiar la cultura de una organización», señaló Michael J. García hace más de un año en su carta de dimisión como presidente de la cámara de investigación del Comité de Ética de la FIFA. Al prestigioso jurista norteamericano le habían encargado la investigación de las adjudicaciones de los Mundiales del 2018 a Rusia y del 2022 a Catar. Las informaciones sobre el posible pago de sobornos para conseguir votos hacia estas candidaturas empezaban a retumbar por todos los rincones.

García elaboró un minucioso informe en el que ponía de manifiesto que había cosas que no parecían muy limpias en esa toma de decisiones. Sin embargo, cuando lo remitió a la Comisión de Disciplina, el trabajado de Michael J. García fue archivado. García recurrió ese archivo ante el Comité de Ética y volvieron a desestimar su petición. Entonces, el exfiscal estadounidense llegó a la conclusión de que en la FIFA nadie tenía ganas de que cambiasen las cosas.

Después, la justicia norteamericana en colaboración con la suiza -el país donde tiene su sede la FIFA- lanzaron una investigación por los supuestos pagos a dirigentes por firmas comerciales para que a estas les fuese concedido el patrocinio de diversos eventos. Esa tormenta lo removió todo. Y el Comité de Ética volvió a repasar el proceso de adjudicación sobre Rusia y Catar. Y entonces se abrieron diversos expedientes. Uno de ellos a Ángel María Villar, precisamente por instruir la investigación llevada a cabo por Michael J. García.

Finalmente Villar fue castigado con una multa de 23.000 euros y una advertencia por incumplir el artículo 13 del reglamento de la FIFA, referente a las normas de conducta para funcionarios del fútbol. La FIFA explicó que «como posteriormente expresó su compromiso de colaborar y demostró una voluntad de cooperación, ha sido sancionado con una advertencia y una multa». Antes de la resolución de la FIFA, Blatter se había encargado de señalar a Villar como el gran artífice de que Catar tuviese su Mundial. Según las declaraciones del presidente hoy suspendido, en el seno de la FIFA se habría acordado conceder los próximos dos mundiales a Rusia y a Estados Unidos. Villar, que sigue aferrándose a su poltrona, lo cambió todo.