Gana junto a la cántabra Berta Betanzos el Campeonato del Mundo de 49er en la aguas de Florida
15 feb 2016 . Actualizado a las 04:00 h.Es una luchadora. Sabe que el camino no empieza ni acaba en un punto concreto, sino que se edifica a diario, con el sudor de cada jornada. Por eso, Támara Echegoyen (Ourense, 1984) nunca ha bajado los brazos. Ni siquiera cuando, con la medalla de oro olímpica todavía balanceándole en el cuello, era consciente de que aquella travesía repleta de éxito había terminado, que no iba a poder repetirse en Río. La clase Elliot, donde había triunfado junto a la coruñesa Sofía Toro y la gijonesa Ángela Pumariega, era ya historia. Salía de golpe del programa de los Juegos. Su escalada desde la nada hasta primero alzarse con el Mundial y después encaramarse al podio de Plymouth se desvaneció.
Pero entonces empezó a madurar un nuevo proyecto. Y comenzó a trabajar con un barco totalmente distinto, un 49er. Más rápido, más ágil y con algunas vericuetos que había que saber dominar. Al principio, como le había sucedido en el anterior ciclo olímpico, la cima parecía a leguas de distancia. «Aunque la clase era nueva, había gente que ya llevaba tiempo regateando en ese tipo de barcos, y estábamos muy lejos de las primeras posiciones», comentaba en una entrevista en La Voz. Pero la progresión fue meteórica. Y ya en el Mundial del año pasado quedaron en la sexta posición. Y llegó la semana pasada. En Florida, en las aguas de Clearwater, Támara Echegoyen y Berta Betanzos lo bordaron. Navegaron con soltura y determinación desde el primer hasta el último día. Ahora ya les espera Río.