El Olivo vuelve a «campeonar»

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

DEPORTES

ALBERTO LÓPEZ

La ambición de un vestuario competitivo, la calidad y el trabajo, las claves del éxito de las viguesas

18 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El reinado de El Olivo en Galicia es incontestable. Por tercer año consecutivo, y cuarto en su historia, el equipo de fútbol femenino vigués se proclamó campeón de Liga tras golear 0-5 al Milagrosa. Pero cuando de las viguesas se trata, su éxito no se limita al fondo, sino que se amplía a la forma. Y es que las de David Ferreiro «campeonaron» volando por los aires sus propios registros para firmar una temporada sin mácula. Ahora le espera lo más difícil, un play-off que se le resistió los dos últimos años.

Los números

Diecisiete victorias consecutivas. A falta de tres jornadas para que concluya el campeonato, El Olivo ya pudo entonar el alirón. «Estamos todos muy contentos, realmente felices», resumía ayer David Ferreiro, el artífice de los números de un equipo que ya ha alcanzado 59 puntos en la clasificación imposibles de sumar ya para el Friol, el segundo de la Liga. En su historial de este año las viguesas manejan 17 jornadas consecutivas sin perder y tan solo dos empates. Números incluso mejores que los que logró hace un año.

Los goles

Voracidad sin igual. Si por algo destaca El Olivo es por un hambre voraz de cara a la portería rival. Tal es así que es uno de los cinco equipos de la categoría (tres son canarios) que han conseguido rebasar el centenar de goles a favor (106). En trece de los 21 encuentros disputados las viguesas acabaron goleando a sus rivales, con marcadores tan bestiales como el 14-0 al Tordoia, el 13-1 al Erizana o los siete que marcó al Milagrosa en la primera vuelta. Números de escándalo que escenifican la dualidad de una Liga en la que equipos asentados y con aspiraciones de ascenso como El Olivo se enfrentan a conjuntos mucho más humildes que intentan aprender al tiempo que compiten. Una tarea titánica. «Los goles se deben simplemente a que son muy buenas, quieren trabajar y mejorar de manera constante», se felicita su entrenador, que considera que si algo define a su equipo es su ambición.

El carácter

Una psicóloga para el vestuario. Los rasgos que mejor identifican al vestuario de El Olivo son la ambición y las constantes ganas de aprender. «Las jugadoras tienen un nivel de implicación absoluto y están constantemente demandando mejorar. Eso hace que tú también te exijas más», desgrana Ferreiro, que este año ha podido dirigir de principio a fin un proyecto del que se enorgullece junto a un cuerpo técnico compuesto por Jesús Manzano, Manuel Fidalgo y María Leiras, el arma secreta del equipo. Ella, psicóloga de profesión, se sumó este año al vestuario para ayudar al grupo a saber manejarse en las situaciones más complejas. Asegura Ferreiro que han notado, y mucho, su aportación.

La evolución

Un fútbol más ordenado. El juego de las viguesas no deja de evolucionar. Esta temporada uno de los retos a los que se enfrentaban era conseguir poner más control a su fútbol sin balón, recuperar con mayor orden y defender con más solvencia cuando la pelota pertenecía al rival. Y, poco a poco, con trabajo e insistencia, el equipo ha conseguido avanzar en esas facetas, lo mismo que a la hora de decidir mejor los pases o mejorar la circulación y la movilidad del balón. Saben que todas las cualidades serán puestas a examen en la fase de ascenso.

El vestuario

Capacidad para reponerse de los golpes. El Olivo de este año registró un buen puñado de novedades respecto al anterior en lo que a plantilla se refería, pero fue capaz de solventar ausencias tan notables como la de Sara Tui, Carolina o Loreto con refuerzos que han incrementado la calidad del equipo y, sobre todo, su competitividad. «Ahora tenemos una profundidad de banquillo más amplia que hace que estar en el once sea más complicado. Eso revierte positivamente en la competitividad de todo el equipo», recuerda David, que a la hora de repartir méritos, destaca la labor de la directiva en un proyecto que sueña con ser de Primera.