«La vela te hace humilde cada día»

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

CAPOTILLO

El campeón olímpico en Pekín junto a Antón Paz, acaba de ganar el oro en la Copa del Mundo de Hyères en Nacra 17

04 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Campeón olímpico en Pekín junto a Antón Paz, Fernando Echávarri vuelve a lucir como el mejor de la flota. Aunque el regatista criado en Pontevedra tire de razones para evitar el cartel de favorito al podio en Río 2016, acaba de ganar junto a su tripulante Tara Pacheco el oro en la Copa del Mundo de Hyères (Francia) en Nacra 17. No unieron sus caminos hasta hace año y medio. Por eso insiste en el valioso trabajo de los próximos tres meses para optar al podio con garantías.

-Decimoterceros en el Mundial de Florida, cuartos en el Trofeo Princesa Sofía y campeones en Hyères. Una progresión tremenda.

-La primera etapa, la de mi adaptación al barco, fue la más complicada. Llevaba siete años sin subir a un catamarán pequeño. En Pekín estaba en 73 kilos, para optar a los de Londres en clase star subí a 91. Luego bajé a los 83, pero cuando volví al catamarán me vi patoso, poco ágil. Tuve que recordar como se dominaba un barco de estas características y ahora estoy en 75 kilos. Tengo la experiencia de los 40 y pico años, y me gustaría tener la agilidad de los 20.

-¿Qué margen les queda por recorrer de aquí a Río?

-Queda tiempo. Hemos progresado mucho y estamos cerca de poder llegar bien a los Juegos, pero debemos pulir otras cosas que podrían dejarnos sin opciones. Además, aún no decidimos qué barco, qué mástiles ni qué velas llevaremos a Río. Por eso iremos a Brasil tres veces, con mucho trabajo de navegación, técnico, físico, logístico... Aunque tenemos progresión, ganas y un superequipo. Financieramente no somos de los equipos fuertes por recursos, pero tiramos de nuestro bolsillo y gracias a la Xunta y la Diputación de Pontevedra pudimos hacer esto.

-¿Puntos fuertes y débiles?

-Mi experiencia olímpica y la de Tara es un punto fuerte. En condiciones duras de viento y ola nos falta agilidad, por lo que iremos en junio a la Copa del Mundo de Weymouth a navegar así. Nos pesa tener dos años menos que otros en esta clase.

-¿Qué condiciones predominan en los campos de regatas de Río?

-Hay de todo. Puedes encontrarte poca ola y vientos suaves, o corrientes y vientos medios... Eso te lleva a hacerlo bien o no.

-Sumando todos los factores, ¿con qué expectativas irán?

-Tenemos una planificación general, pero debemos pensar mes a mes. Acabamos de dar un paso muy grande que tampoco nos esperábamos en Hyères, pero no estábamos para ganar aún. Hubo vientos medios, como los que puede haber en Río dentro de la bahía, estuvimos muy inspirados y nos salió todo perfecto para ganar. Pero en realidad aún no estamos a ese nivel, ni para hacer podio. Antes debemos cubrir todos los huecos. Queremos ir a Río a luchar por una medalla, pero aún no alcanzamos ese nivel. Y debemos ser cuidadosos con las lesiones, muy fáciles en este barco.

-¿Qué equipos cuentan para el podio?

-Francia está dos pasos por delante. Tenía la medalla casi asegurada porque había ganado los cuatro últimos Mundiales, pero en la Copa del Mundo de Hyères fue sexta. Las otras dos plazas de podio estarían para un grupo de ocho equipos: Australia, Dinamarca, Italia, Reino Unido, Suiza, Austria, Holanda y España, porque hay que creer. Queremos ser candidatos el 5 de agosto; hoy aún no estamos en medalla. Pero todos estos países estaban en Hyères, y también en Palma hace dos semanas. Aunque luego los Juegos son una regata  muy especial, con mucha presión.

-Tras el oro de Pekín 2008, ¿se imagina con dos medallas?

-Me gustaría llegar habiendo dado todo y en condiciones de pelear por ella. Así los premios acaban llegando. Llegó en Hyères, y estamos orgullosos y contentos por ello. Pero la vela te hace humilde cada día, porque todo puede cambiar. Hay que seguir trabajando.

«Nadie demostró más que nosotros para ir a Río»

Echávarri, que el día 12 viajará a Río a seguir analizando los campos de regatas, explica el camino que recorrió en este ciclo olímpico desde que la Federación Internacional recuperó un catamarán para el programa. «Apostaron por una clase espectacular y mixta -algo novedoso en la vela-. Primero afronté un reto oceánico con Mapfre, y luego, como me interesaba el Nacra 17 y el tema olímpico, con un diseño nuevo igual para todos, encargamos un barco, que era radical respecto al tornado y semivolaba. Hasta que me llamó Iker Martínez para proponerme enseñarle a él y a Tara. Estuvimos juntos de marzo a noviembre del 2013 y constaté que el barco era muy complejo. Desde entonces y hasta octubre del 2014 me llamaron varios países para entrenar, pero tras el Mundial de Santander ya me aburría ir en la lancha de motor. En casa me animaron a volver a navegar. Empezaría tarde, en una clase nueva en la que todos llevaban dos años de aprendizaje, y Tara y yo tiramos adelante».

-Luego se jugó la plaza olímpica española con Iker Martínez, que terminó poniendo una reclamación sobre el proceso de clasificación. ¿Le afectó?

-Claro que te afecta. Mi mujer es abogada y dejé el tema en sus manos. La Federación Española había fijado el reglamento que todos querían, conscientes de las posibles lesiones, que forman parte del juego. Y nosotros solo pedimos que se aplicase. Y la federación fue unánime y no tuvo dudas.

-¿El oro en Hyères refuerza que van a Río con toda justicia?

-Sí, pero Iker no nos había ganado nunca previamente en año y medio a Tara y a mí. Pero nosotros nos tenemos que dedicar a navegar. Y en el ámbito deportivo nadie demostró más que nosotros para ir a Río. Nadie nos ganó.