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21 nov 2016 . Actualizado a las 12:07 h.La cuadragésima edición de la Popular Pedestre de San Martiño fue un festival del atletismo más arraigado en la sociedad ourensana y eso que sus más de once mil inscritos amanecieron con una mañana de perros que una inmensa mayoría de ellos decidió desafiar.
En esas condiciones, el luso Nuno Costa echó por tierra la baza local para el aniversario, como ya había hecho unos días antes en Santiago de Compostela. Alejandro Fernández sabía que el atleta del San Paio de A Estrada era el hombre a vigilar en la mañana de ayer, máxime cuando los problemas físicos del último ganador, Hassan Lekhili, se confirmaron con su retirada antes de completar el ecuador de la prueba.
El portugués exigía con su ritmo a Alejandro y también pasaba factura a Lolo Penas y al joven David Santos, otros de los integrantes del lujoso pelotón de cabeza que amenazaba con romperse a su paso por el pasillo de aplausos que desembocó en el céntrico parque de San Lázaro. El demarraje final de Pinto da Costa fue imposible para sus perseguidores y solo el ourensano del ADAS valdeorrés pudo mantenerse a su estela, mientras que Penas y Santos debían jugarse en otro mano a mano el tercer escalón del podio que completó el experimentado arzuano.
En las caras de los aficionados locales se notaba cierta mueca de desilusión, porque el ídolo de casa no inscribió su nombre en una casilla tan señalada del palmarés de la clásica, pero Nuno está realmente fuerte en la campaña de populares y las victorias internacionales siguen jalonando el prestigio de una cita que también va camino del medio siglo con triunfo extranjero en su versión femenina.
Y es que la venezolana -afincada en Pontevedra y en la Gimnástica- Joselyn Brea fue la más rápida entre las mujeres que cruzaron ayer la meta en Os Remedios. También fue autoritario el triunfo de la sudamericana, pese a la resistencia de la viguesa del ADAS, Ester Navarrete, que solo cedió a la postre seis segundos. Antes se había descolgado una Solange Pereira que esta vez no pudo seguir el fuerte ritmo impuesto por sus contrincantes, perdiendo el cetro que había conquistado en los últimos años. Aunque la intensidad de la lluvia remitió a la hora de comenzar la carrera, el viento también afectó en algunas fases de la misma y no todos los corredores pudieron adaptarse al mismo nivel a una batalla en la que vencieron los más resistentes, pero también los que mejor gestionaron el cambiante escenario.
Con todo, ni los nubarrones restaron un ápice de espectacularidad a la carrera de todos los ourensanos y una de las manifestaciones atléticas más multitudinarias del panorama nacional. El running sigue enamorando a Galicia.